Europa se suma al acoso de la llamada reforma financiera.
Las cajas desaparecerán del mapa financiero español, pero deben hacerlo más rápido. Desde todos los organismos llueven amenazas, prisas y mensajes velados para que la reforma financiera concluya cuanto antes.
Este viernes la ministra de Economía ha sido la primera en lanzar un mensaje claro a los dirigentes: o se fusionan antes de fin de año o lo hará el Banco de España. Aunque para poner una cara bonita ha afirmado también que no será necesaria una segunda ola de fusiones, ya que España cuenta con cajas muy solventes. Pero esto no cuadra con la cantidad de fusiones que se han emprendido en estos últimos meses o la intervención que se ha producido por parte del Banco de España en alguna de ellas, como CCM.
Pero las amenazas no se quedan sólo en suelo Europeo, sino que desde Europa también se continúa ese acoso. El miembro del consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, el español José Manuel González Páramo, también ha insistido en esta urgencia y calificó como extremadamente importante el finalizar el proceso de reestructuración antes de que finalice el año.
Pero tantas prisas no son buena señal. Quizás es porque, en el fondo, fusionar las cajas no era algo tan urgente, ni estaban tan mal como las pintaban, y lo que se pretende es acabar cuanto antes con este problema que hemos autogestionado.
Lo que está claro es que las cajas han puesto en marcha la cuenta atrás y queda poco para que lleguen a su fin. Veremos si luego la profecía de la ministra se cumple y no hay una segunda ola de fusiones.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com
