Sr. Director:
En relación a la película "Mar adentro", ¿tan difícil es entender que una sociedad que empieza considerando el suicidio como un derecho, acaba cuestionando el derecho o la dignidad de vivir de otros?
Ya ocurre en Holanda, donde, según el informe de un fiscal, se han producido casi 1.000 eutanasias sin consentimiento. País de ciertos "erotismos", para pasar unos días, pero quienes por motivos laborales tienen que residir allí, descubren una sociedad enferma por el individualismo, la soledad y el egoísmo. Nada que ver con nuestra España, el país con más donantes de sangre y órganos, misioneros y padres adoptantes del mundo.
Pongámonos en el lugar de los tetrapléjicos o enfermos impedidos que día a día luchan por seguir adelante. ¿Qué pensarán de esta película y de la sociedad que la jalea?, ¿tan poco dignos de vivir nos parecen que incluso comprendemos que algunos en sus circunstancias quieran morir?
Señor Amenábar, a usted el suicido asistido de una persona minada por la depresión y la impotencia le parecerá hermoso, usted será un director magistral para contarlo desde una óptica sentimental, explotando con maestría el miedo a sufrir que tenemos los seres humanos, pero a mí no me viste de torero: Lo que dignifica al ser humano es lo contrario, la lucha por vivir que mantienen día a día millones de personas que padecen toda clase de penalidades graves, y el amor y la misericordia de quienes les alientan a seguir adelante.
Con todos ellos, Amenábar ha contraído una gran deuda.
Francisco López
pakote@ono.com