La CAM con graves problemas de sobrepeso de crédito promotor de difícil cobro, firma un protocolo de fusión con CajAstur, una de las cajas mejor gestionadas y más solventes del sistema. Obviamente, quien ejerce el mando es quien ha hecho bien los deberes, en lugar de quien se ha apalancado hasta las cachas. Pues bien, resulta que desde la CAM se ve con malos ojos que CajAstur, siendo más pequeña termine mandando. ¿Pero es que CajAstur se metería a comprarse CAM si no mandara?, ¿pero es que la CAM se fusiona por voluntad propia?
Es evidente que el mensaje del gobernador fue: fusión o intervención. Y fusión, ¿para qué? Para que aquellas entidades más solventes se hicieran cargo de las más pesadas con un apoyo de financiación pública. Estamos hablando exactamente de eso. Y en estas, la CAM, una de las candidatas a ser intervenida, es comprada. Pero después, zascandilea. Y todo lo que se le ocurre decir a MAFO es que sólo habrá dinero del FROB en la medida que el proyecto se apruebe y que si alguien tiene firmado un protocolo uno tiene la esperanza de que se cumpla. Oiga, Sr. Ordóñez, un gobernador es alguien que gobierna, manda retuerce el brazo. No es un analista de las necesarias reformas de la economía española. Eso ya lo hace el director del servicio de estudios. El gobernador, fuerza, manda. El problema es que MAFO no se lo termina de creer. Por eso en el sector echan de menos a Mariano Rubio, un gobernador temido, pelín de mala leche. Como debe ser.