Porque nacimos el 20 de marzo de 1996, razón por la que nos echamos el farde de presentarnos como el decano de la prensa electrónica española. Lo somos: al menos de la prensa independiente.
Internet se ha convertido en la justicia distributiva de la información. Hasta la aparición de la Red, se imponía el oligopolio de los grandes multimedia. Una concentración acelerada de medios que precisaban un pacto con el poder económico para poder mantener sus inversiones y otro pacto con el poder político para poder mantener sus concesiones de radio y TV. Todo el esquema recordaba el viejo chiste del paciente del dentista, quien, al ver que el doctor se le aproxima, armado con antipáticos artilugios, le agarra por sus partes pudendas mientras pregunta: "Doctor, ¿verdad que no nos vamos a hacer daño?"
Eso es lo que ha dado en llamarse "el Sistema", aunque dada la utilización espuria que algunos –me viene a las mientes el nombre de Mario Conde- han hecho de la expresión, ésta se haya visto sometido a cierto pitorreo. Pero no debemos confundir la esencia con la práctica. El Sistema existe, no es más que la elite que trata de controlar y de aprovecharse del individuo. Ocurre, sencillamente, que Conde no quería destruir el Sistema, sino liberarlo. El Sistema se revolvió y destruyó a Conde. Y, por cierto, no existe un sistema político, otro económico y otro cultural e informativo. Existe un solo Sistema, el poder, frente a los ajenos al Sistema, los ciudadanos innominados.
Y es así como la libertad de prensa en el siglo XXI ha quedado salvaguardada por la irrupción de la WWW. El periodismo digital independiente comete muchos errores por falta de recursos -sobre todo, humanos-, pero los multimedia que componen el Sistema dicen cualquier cosa menos la verdad. Son más rigurosos pero más mentirosos. La red ha devuelto el pluralismo a la prensa. El poder informativo se ha re-distribuido.
Y lo que es más importante. El pluralismo societario, la multiplicación de emisores, ha supuesto mayor pluralismo ideológico. El poder del Sistema es, ante todo, poder ideológico. Nada le gusta más al oligopolio que mantener un espejismo de ideas aparentemente contrapuestas, de dialéctica encontrada que no es más que una máscara de la pastosa uniformidad que late al fondo. Para ser exactos, la Ideología del Sistema impuesto durante el siglo XX, el modernismo, no es más que relativismo, un pensamiento circular en constante progreso sobre la misma senda. El modernismo sólo tenía un adversario: el cristianismo, que niega la posibilidad de que una verdad sea tan respetable como intercambiable, ese Cristianismo que sencillamente defiende el principio de contradicción: no se puede ser algo y su contrario, una proposición no puede ser cierta y falsa, un hecho no puede ser bueno y malo. El Cristianismo obliga a elegir, el relativismo sólo obliga a escuchar. No me extraña que sea la ideología más querida por el Sistema.
Por esto, y sólo por esto, Hispanidad.com puede resultar una publicación "rara". Simplemente, no esconde su catolicismo. Y es que a los católicos el sistema nos permite existir siempre que no demos demasiado la nota, siempre que ocultemos nuestras convicciones. Se nos permite existir siempre que estemos rodeados de un manto de pudoroso silencio. Era lógico, inevitable, que el periodismo cristiano se plasmara en Internet, la única patria del pluralismo. Porque pluralismo, habrá que repetirlo, no es un monstruo de mil caras, sino mil caras correspondientes a mil individuos distintos.
Así que pido perdón por los errores cometidos por Hispanidad durante estos 11 años de vida, pero no pienso pedir perdón por los principios que defendemos: nos molan mazo.
Eulogio López