En la mañana del lunes (7:00 AM, hora local en Europa), entraba en vigor el alto el fuego en El Líbano, decretado por Naciones Unidas y aceptado por los gobiernos de Jerusalén y Beirut. Todavía se han producido muertos en enfrentamientos pero, en principio, el alto el fuego parece efectivo.
Mientras, el Ejército israelí hace balance: la actual invasión de El Líbano ha resultado mucho más compleja que cualquier otra guerra que haya mantenido el actual Estado hebreo. Fuentes diplomáticas hebreas consideran que ello se debe a dos razones. Por un lado, el hecho de que una operación militar de esta envergadura no se producía en Israel desde 1973. Tres décadas más tarde es otra generación de soldados con menos experiencia en conflictos bélicos la que se ha enfrentado a Hezbolá. Por otra parte, la guerrilla libanesa dispone de un armamento tan potente como manejable y ha aprendido a combatir al ejército hebreo con unas técnicas que oscilan entre la guerrilla y el terrorismo.
Las mismas fuentes consideran que, sin embargo, el ejército hebreo ha aprendido una importante lección de esta campaña, ahora los miembros de la Thasal están convencidos de que el papel de la aviación debía haber sido más limitado y que la infantería debía haber tomado el protagonismo desde el primer momento.