La otra gran pata de una reforma educativa es la que afecta a la Formación Profesional, que también se cursará en tres años, siendo obligatorio el primero, así como en el Bachillerato.
El ministro de Educación hizo una defensa muy argumentada de la FP y pidió un cambio en la imagen de unos estudios que nunca deben ser entendidos como el resultado de una "segregación" injusta. Este modelo está inspirado en la FP "dual alemana", según la cual los alumnos aprenden tanto en la escuela como en las empresas.
Wert anunció que iba a reunirse con los agentes sociales para poner en marcha, de manera consensuada, estas medidas que pueden afectar al mercado de trabajo. En el vértice de estas reformas está la aprobación del Estatuto de la Función Docente, que regulará una profesión para la que Wert ha pedido sea reconocida como la piedra angular de un sistema educativo sólido. Esto exigirá un profesorado cualificado, de alto nivel, tan competitivo como los alumnos que se quieren formar y que resulte atractivo para los mejores profesionales.
La bandera del plan educativo de las dos anteriores legislaturas, Educación para la Ciudadanía, ha perdido toda la carga ideológica e intervencionista del proyecto socialista. La asignatura pasará a llamarse Educación Cívica y Constitucional y sus contenidos, según adelantó Wert, sólo quieren realzar los valores de las sociedades libres y democráticas de acuerdo a nuestra Carta Magna, a pesar de ello no parece que el proyecto convenza a los detractores de la asignatura que con toda lógica prefieren que se suspenda definitivamente.
Jesús Martínez Madrid