Ante la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, mediante la cual ha frenado la campaña de la Junta de Andalucía contra los colegios de educación diferenciada por sexo, a los que al acabar el curso anterior dejó sin concierto.
Me parece importante recordar que la educación diferenciada es hoy una opción pedagógica más, que ha demostrado -a nivel científico como práctico- su validez educativa: y esto tanto con respecto a la socialización de los alumnos, como a su rendimiento académico o la rotura de los estereotipos de género aún presentes en la sociedad.
Decir que las escuelas diferenciadas para niños y niñas a determinadas edades -por el solo hecho de serlo- "segregan", es del todo impropio y esconde un intento de discriminar a los padres que han optado por este modelo educativo para sus hijos. Desgraciadamente en Andalucia están discriminando.
Como el silencio otorga y callar interpreta como consentir, pienso que es oportuno decir que la defensa de los derechos de los padres pasa por rectificar siempre que los medios o en las redes sociales salga la expresión "segregar" para referirse a las escuelas diferenciadas. No hay que admitir este intento de discriminación de los padres en el ejercicio de sus derechos.
Jesús Martínez