Ante un portento como Susan, una desempleada escocesa de 47 años convertida en una afamada gracias a su voz de ángel. Poco agraciada y obesa, con la ayuda de Dios, consiguió su gran sueño. Según The Sun, su popularidad en Internet sobrepasa a la del propio presidente de los Estados Unidos. Sus escasos cinco minutos en antena han sido vistos ya por más cien millones de personas en todo el orbe. Fue la interpretación de la canción I dreamed a dream (Soñé un sueño) del musical Los Miserables, la que interpretó en directo, por la cadena británica ITV.
Por otra parte, la actriz Catherine Zeta-Jones ha enviado, a los que explotan sus derechos de imagen, el deseo de llevar su biografía al cine, según afirma el Daily Mail. Así mismo, James Cameron, el director de la película Titanic, también ha manifestado su interés por conseguir los derechos de las memorias de Susan Boyle. Y por último la prestigiosa presentadora de la WSL-TV de Chicago, Oprah Winfrey, la ha invitado a su programa para que cuente la historia de su vida.
Susan Boyle gasta gran parte de su tiempo como voluntaria, -forma parte del coro parroquial-, en una iglesia católica de Blackburn, una villa próxima a Edimburgo (Escocia). Es una asistente social cuyas facultades artísticas sólo eran conocidas entre los feligreses de su parroquia. Siempre se ha dedicado, abnegadamente, a cuidar de sus padres. Es la última de nueve hermanos, de una familia católica.
Los tres miembros del jurado y las personas que llenaban el teatro, la acogieron con indiferencia e incluso con burlas y risitas, dado su aspecto descuidado; llevaba el mismo vestido que adquirió para asistir al bautizo de su sobrino.
Clemente Ferrer Roselló
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