El comunista critica a la jerarquía de la Iglesia por "parecerse a los obispos y cardenales de la guerra civil"

El pasado viernes Santiago Carrillo meó fuera del tiesto. Anormal en un comunista ‘aggiornado' que ha llegado hasta a aceptar la Monarquía. Dijo enfurecido que la actual jerarquía de la Iglesia católica le recordaba a los obispos y cardenales de la guerra civil española. ¿Quizás por eso les fusilaron, don Santiago?

La razón de su nerviosismo es bien sencilla: de los 498 mártires que serán beatificados por el Papa Benedicto XVI, aproximadamente 75 están enterrados en Paracuellos del Jarama, ese pueblo cercano a Madrid por la NII del que D. Santiago prefiere no acordarse. Y es que según el relato del diplomático noruego Felix Schlayer (Ed. Altera), que presenció los horrores del Madrid republicano el entonces Delegado de Orden Público no queda bien parado. ¿No sería mejor D. Santiago que se reconciliara consigo mismo y con sus víctimas antes que arremeter inútilmente contra la Iglesia?