Sr. Director:

Hoy en día, se habla a menudo de laicos, padres laicos, sociedades laicas y Estados laicos. Lo que se quiera decir con esta palabra se da por patrimonio común, es decir, por universalmente comprensible, pero quizás no resulte tan claro ni obvio si se intenta esclarecer un poco.

El diccionario de la Real Academia en su edición de 1984 incluía dos acepciones para esta palabra: Que no tiene órdenes clericales, lego y Dícese de la escuela o enseñanza en que se prescinde de la instrucción religiosa. La edición del año 2000 complementa: Independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Y hasta añade dos ejemplos, para aclarar: Estado laico. Enseñanza laica.

Así, laico se puede aplicar a las personas o a las instituciones. Referido a personas se opone a eclesiástico. En cambio, referido a instituciones o entidades quiere decir que son independientes de cualquier confesión religiosa. ¿De qué independencia se trata? Está claro que los individuos no son los independientes. Esto cerraría las puertas de cualquier creyente al Gobierno o a la educación, por usar los ejemplos de la Real Academia. Y no parecería justo. Sí habría que decir que para acceder al Gobierno o a la enseñanza no se puede hacer acepción de personas y, por tanto, en este sentido sería independiente. Sin embargo, no parece que sea específico de lo laico, al menos en el sentido dado a las instituciones, pues con ello un club de fútbol también sería laico (y alguno dirá: siempre lo han sido).

¿Entonces, la independencia se refiere a las estructuras, a los contenidos? Tampoco creo que sean susceptibles de confesión religiosa. No existe una democracia católica (no me refiero a nombres de partidos políticos) o una dictadura musulmana, ni unas matemáticas budistas o una lógica new age. Son sólo ejemplos, no los elegí con mala voluntad

Al fin, habría que volver a la definición del año 84: laica será la enseñanza o la escuela que prescinda de la instrucción religiosa. Es decir, aquellos colegios que no ofrecen clases de religión. ¿Y un Estado laico? Esto es más difícil. Puede significar no gobernado por curas... También independiente de religiones: no considera la pertenencia de las personas a una religión ni tampoco las doctrinas religiosas a la hora de gobernar o escoger a sus gobernantes. Es decir, se opondría a un término también muy manosead confesional.

¿Qué decir de las personas, de los así llamados laicos? En la actual discusión sobre las clases de religión se habla de padres laicos. Se trata de personas sin religión o ateas que, además, se proclaman tolerantes. Es decir, desean que sus hijos no sean educados en ninguna religión para poder salvaguardar su capacidad de convivir pacíficamente con quienes crean en alguna. O, quizás en otros casos, para que el chico o chica pueda escoger cuando tenga necesidad de ello la religión que quiera.

A estos padres laicos se les podría preguntar si realmente piensan que las convicciones religiosas son un estorbo para la convivencia, la tolerancia y aquí otra palabra manoseada el diálogo, pues, si es así, ¿con quiénes dialogarán? Con esa actitud aunque se llenen la boca de tolerancia, diálogo, laicismo, pluriculturalidad, etc desdeñan a sus interlocutores y erigen su laicismo en dictadura.

Gonzalo Ramírez

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