Las entidades financieras españolas tienen el mejor ratio de solvencia del mundo, pero también el peor ratio depósitos/deuda. El Banco de España exige la venta de solares a las cajas, las más expuestas al riesgo inmobiliario. El crédito se ha ralentizado y las inmobiliarias comienzan a recurrir a alquileres con opción a compra

Para no estar atravesando una crisis, no está mal. Si ayer era Deutsche Bank quien advertía que no sería capaz de cumplir con sus objetivos de beneficios y anunciaba pérdidas millonarias como consecuencia de las famosas ‘subprime', ahora le toca el turno a UBS y el Citi. De momento. Porque cerrado el trimestre, ahora llega la hora de la verdad, la prueba del algodón, el retrato ante el mercado. UBS reconoce pérdidas de entre 375 y 500 millones en el tercer trimestre como consecuencia de las hipotecas ‘basura' norteamericanas. Sin embargo, los activos afectados se elevan a 8.125 millones de euros lo que le obligará a depreciar sus activos.

Una nota de un tono muy similar al que la semana pasada remitido Deutsche Bank al mercado. De momento ya pasa factura a su máximo ejecutivo, el que fuera presidente de la banca de inversiones, Huw Jenkins. Se va a la calle junto a otras 1.500 personas.

Por si fuéramos pocos, a medio día de este lunes el mayor banco de Estados Unidos, el Citigroup reconocía ser víctima también de la crisis. El beneficio del tercer trimestre caerá un 60%. ¿Por qué? "las turbulencias en los mercados de crédito, los activos respaldados por hipotecas y el deterioro del crédito al consumo ante la desaceleración de la economía estadounidense".

Y es que las cosas al otro lado del Atlántico no están bien. El ahora locuaz ex presidente de la reserva Federal, Alan Greenspan, afirma que lo peor no ha llegado y que el ladrillo tienen todavía un recorrido a la baja del 10%. Y el estornudo norteamericano comienza a resfriar al Viejo Continente. Este lunes conocíamos que la vivienda cayó en España un 1,6% en el último trimestre. Se acabó la racha. El ladrillo no crece al 17%, pero tampoco al moderado 5%. La actividad dedicada a la especulación se frena, la cifra de inmigrantes que arriban a nuestro país desciende. Como dicen desde el PP, el PSOE sigue como los violinistas del Titanic, "tocando el violín del 4% como si no pasara nada".

¿Qué pasa con las entidades financieras españolas? Es verdad como afirma el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que las entidades financieras españolas están mucho más y mejor provisionadas que cualquier otra del mundo. Pero también es verdad que en ninguna parte del mundo existe una relación tan desigual entre depósitos y préstamos. Una buena razón para que muchos inversores internacionales opten por buscar destinos de inversión de menor riesgo.

Pero es que además, cerrado el mercado financiero internacional, la banca española no tiene cómo seguir financiando el desbocado crédito. La restricción no sólo se practica por prudencia sino por necesidad: sencillamente no hay mercado. Y si el crédito se constriñe de manera severa, la economía española no podrá alcanzar el 3,3% señalado por Solbes. Se quedará por debajo del 3% como también afirma Solbes sin sonrojarse por la incoherencia.

A todo esto hay que añadir la elevada exposición de algunas entidades –principalmente cajas- al riesgo inmobiliario. MAFO ya ha exigido a las cajas de ahorros que comiencen a vender suelo para recortar su exposición. Prudencia. Y a todo esto, nadie se atreve a valorar la actual crisis financiero-crediticia. Quizás porque estamos ante un escenario similar a la crisis de 1998, señala Greenspan. O quizás porque estamos ante un escenario todavía peor. Miedo, mucho miedo en el mercado al ver como el trimestre obliga a retratarse a los grandes y todos están tocados.

La especulación, maldita especulación que llevó a unos listos a paquetizar un préstamo y sacarlo al mercado. Algunos listos hacían negocio con pequeño margen pero gran volumen. Y todo funcionaba hasta que la mora repuntó y descalabró la burbuja. No estamos ante una crisis originada por un repunte de la morosidad. Ni tampoco por la falta de criterio crediticio de las entidades americanas. Estamos ante una crisis especulativa. Y todavía Lehman Brothers pretende presionar para que el BCE baje tipos.