Es como si en el Watergate, Nixon le hubiera echado la culpa a los que hicieron las escuchasEl presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado que el comisario interino del Servicio de Recaudación Fiscal (IRS, por sus siglas en inglés) Steven Miller ha dimitido por las investigaciones arbitrarias sobre la financiación de grupos conservadores.
El caso se destapó el pasado martes con la publicación de un informe de la Inspección General que revela que desde 2010 el IRS ha estado llevando a cabo investigaciones arbitrarias sobre la financiación de grupos conservadores como el Tea Party, Patriot y 9/12 Project.
Según don Barack, "los estadounidenses tienen derecho a estar enfadados, yo estoy enfadado. No importa a qué espectro político pertenezcas, lo que importa es que el IRS debe actuar con absoluta integridad". Obama ha prometido "hacer todo" lo que esté en su mano para que no vuelva a suceder nada igual. En concreto, ha adelantado que trabajará "mano a mano con el Congreso para revisar su papel de supervisor". "Vamos a responsabilizar a los implicados", ha aseverado.
Pero pedir y celebrar la dimisión de un responsable público de su administración es como si en el Watergate, Nixon le hubiera echado la culpa a los que hicieron las escuchas. El último responsable es él.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
El caso se destapó el pasado martes con la publicación de un informe de la Inspección General que revela que desde 2010 el IRS ha estado llevando a cabo investigaciones arbitrarias sobre la financiación de grupos conservadores como el Tea Party, Patriot y 9/12 Project.
Según don Barack, "los estadounidenses tienen derecho a estar enfadados, yo estoy enfadado. No importa a qué espectro político pertenezcas, lo que importa es que el IRS debe actuar con absoluta integridad". Obama ha prometido "hacer todo" lo que esté en su mano para que no vuelva a suceder nada igual. En concreto, ha adelantado que trabajará "mano a mano con el Congreso para revisar su papel de supervisor". "Vamos a responsabilizar a los implicados", ha aseverado.
Pero pedir y celebrar la dimisión de un responsable público de su administración es como si en el Watergate, Nixon le hubiera echado la culpa a los que hicieron las escuchas. El último responsable es él.
Andrés Velázquez
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