Figura cuestionada: la comisaria de Competencia defendió la opción de KPN frente a Telefónica

La cosa empezó en 90 millones de euros por falta muy grave. Era lo que la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, pretendía imponer a Telefónica por coartar el desarrollo del ADSL con prácticas restrictivas de la competencia. Pero la cosa no parecía suficiente, así que la Comisión decidió que la empresa, que es grandota y tiene posibles, bien podía pagar 22 millones más por aquello de su capacidad económica.

Ya estamos en 122 millones de euros, pero aún no parecía suficiente. Es entonces cuando a alguien se le ocurre sumar otros 56 millones de euros por el doble concepto de disuasión –aviso para navegantes, si ustedes me entienden- y por el tiempo de tramitación del expediente, una especie de intereses de demora. Total: 168,7 millones de euros.

Y aquí vino la clemencia de Bruselas. En último extremo, se le condonó un 10% y la cosa se quedó en 152 milloncejos. El motivo: que no había mala fe. Con todo, la comisaria prefería el máximo, pero convenía nadar y guardar la ropa ante un posible varapalo de los tribunales de Luxemburgo.

La cosa tiene su cierta coña, porque figúrense si no ha habido mala fe que lo que hizo Telefónica, como cualquier otro operador, fue seguir las indicaciones y los límites que le imponía la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) o, como diría el presidente de este organismo, Reinaldo Rodríguez, lo suyo hubiera sido que la Comisión "me sancionara a mí", a la CMT, no a la operadora.

En cualquier caso, no conviene olvidar que Neelie Kroes fue consejera de O2, la empresa británica de telefonía móvil adquirida por Telefónica en pugna con la holandesa KPN. ¿A que no saben ustedes a quien apoyaba la holandesa Kroes como compradora idónea para O2? En efecto, a la holandesa KPN. Por cierto, una empresa que nunca ha sido multada por Kroes, como no lo ha dicho la denunciante de Telefónica (una filial de France Telecom, empresa qué quebrado y desaparecido si no llega ser por el apoyo de 9.000 millones de euros del Tesoro público francés.