España necesita una Hilary Clinton Este jueves participaba en un desayuno informativo organizado por el Foro de la Nueva Sociedad el presidente de la Asociación Americana de Educación Diferenciada, Leonard Sax. La batalla en Estados Unidos tampoco ha sido pacífica. En 1975 se prohibió la enseñanza diferenciada en los centros públicos. Se pretendía evitar que la formación de las mujeres las discriminase para la vida social, profesional y política. Pero en los años 90´s, varios senadores republicanos empezaron a plantear la injusticia de que ellos pudieran llevar a sus hijos a centros diferenciados y muchos americanos no pudieran.

Los republicanos saltaron inmediatamente criticando la educación diferenciada por considerarla segregacionista. No hay que separar a ricos y pobres, negros y blancos ni hombres y mujeres, argumentaban. Sin embargo, el debate llegó a su fin cuando la senadora Hillary Clinton elaboró una enmienda en la que apostaba por la educación diferenciada por equidad social. Todos debían tener la posibilidad de elegir educarse en centros públicos. Desde entonces, 2002, la enseñanza diferenciada en Estados unidos no ha parado de crecer y actualmente ya son 540 los centros de diferenciada con notable éxito.

Algo deberían de aprender nuestros gobiernos autónomos que han retirado el convenio a la educación diferenciada en Cantabria, Galicia y amenazando en Cataluña. Libertad de opción, equidad social y resultados. Porque la evidencia científica y estadística nos dice que la enseñanza diferenciada garantiza mejores resultados académicos, una enseñanza más adecuada a la realidad y no impide la socialización. El número de citas románticas en mujeres educadas en diferenciada es superior a la de mujeres educadas en escuelas mixtas, concluye Sax. Ahora sólo queda que en España tengamos nuestra Hillary Clinton. Una socialista con autoridad y ascendiente que se sume al carro de la sensatez y del pragmatismo.