Qué visionario este Griñán. Si aún le cabía alguna duda del tiempo que le queda en el convento, los abultados resultados de anoche se le tienen que haber disipado. De aquí a primavera le quedan pocos meses y pocas tropelías por perpetrar. Pero, ya les digo, visionario como pocos, la penúltima ya se le había ocurrido antes de la debacle. Y va de telecomunicaciones. Las telecomunicaciones, ese oasis de productividad en medio del desierto industrial español. Ese sector que lo aguanta todo, desde impuestos inventados para sufragar la tele pública hasta impertinentes reprimendas desde Bruselas. Pues bien, el de momento presidente de la Junta de Andalucía, que pasará a la Historia por ser el que verá los destinos de la Comunidad Autónoma más socialista de España pasar a manos del PP, ha separado cuatro milloncejos de euros del presupuesto público para construir su propia red de fibra óptica, que estará presente, de momento, en parques empresariales de Sevilla, Jerez y Linares, y así hacer una competencia perfectamente desleal a los operadores que allí han invertido. Red que será explotada, claro, por el correspondiente operador neutro, como si no hubiera operadores suficientes ya, a los que por cierto les ha costado millones hacerse con su parte del mercado. Lo dicho, una tropelía más.
Entendiendo que el objetivo último es beneficiar al ciudadano -digo yo, vamos- desde luego flaco favor le hacen iniciativas como la de Griñán a la inversión privada en Andalucía, precisamente cuando más falta hace. Trasladarle a las telefónicas, sobre todo a la propiamente dicha Telefónica, que la Administración pública, lejos de ser su aliada como debería, es su competencia más feroz. Además, en el ámbito empresarial, el más jugoso, parece una operación cualquier cosa menos inteligente.
Ya se ha dicho muchas veces desde estas pantallas: señores de la Administración, ayuden a las empresas, pequeñas, privadas y grandes, dando facilidades para la inversión, la contratación, la agilización de los trámites. Sean benevolentes con la iniciativa privada y todos ganaremos.
Pero disparar con pólvora del rey para hacer la competencia a quienes invierten y arañar así un puñado de votos, es pan para hoy, hambre para mañana y aislamiento para sus Comunidades.
Eulogio López