Sr. Director:

Esta mañana salgo a la calle, lo primero que me encuentro con una papelera que estaba situada al principio de calle Hilera, arrancada, y su contenido rociado por el suelo.

Sigo andando a unos 30 metros; una parte de la mampara correspondiente a las nuevas instalaciones que acaban de poner la EMT, para la parada de las líneas de autobuses que tienen por ahí su recorrido, la habían roto y estaba toda la acera de cristales que no se podía pasar.

Resultado: las diversiones de algunos de nuestros jóvenes un fin de semana. Sí, porque a esto le llaman ciertos jóvenes divertirse. Salir de noche a beber sin control y, cuando esto ocurre ya, viene todo lo demás. Se ha perdido toda clase de valores, se ha perdido el respeto, la pérdida de sentido, el vacío de compromisos estables y duraderos.

Se hace necesario y urgente poner un gran empeño en fundamentar sólidamente la buena educación de nuestros jóvenes, para que no cedan ante la presión del ambiente y las dificultades de la vida.

Todos somos responsables de lograr un ambiente de paz, serenidad y alegría que siempre caracterizó nuestro país. Y no dejar que nos invada la desidia o una ola de "deformación" de nuestros jóvenes. La educación integral de la persona, la educación moral de nuestros hijos, no la impone ningún gobierno, somos los padres los que tenemos que ejercer responsablemente y, sobre todo con nuestro testimonio.

¡Por el bien de nuestros hijos! ¡Por el bien de nuestra sociedad! ¡Por el bien de todos!

"Educar a los niños y no será necesario castigar a los hombres" (Pitágoras)

Elena Baeza

bzvile@gmail.com