La gran empresa española vive momentos de gran agitación. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha lanzado en la última semana dos operaciones de defensa contra ACS: la absorción de Iberdrola Renovables, anunciada un día antes del seísmo japonés -y que, por el momento sigue adelante- y la entrada del fondo soberano de Qatar, es decir Qatar Holding, en el accionariado de Iberdrola con un 6%.
Es decir, que Galán se ha buscado el mismo dique de contención que se buscaron los alemanes en Hochtief.
Eso sí, los árabes se lo toman con calma. Si en la constructora alemana invirtieron casi el 10%, en Iberdrola se han conformado con el 6%, que no dejan de ser 2.000 millones (poco le queda para la cajas de ahorros, porque se propusieron invertir 3.000 millones). Y por si no había quedado claro con quién están, el consejero delegado de Qatar Holding, Ahmad Mohamed Al-Sayed, le ha enviado un mensaje para Florentino: No somos un fondo que entra y sale. Y para que le quedara más claro al presidente del Real Madrid, se congratuló por el excelente equipo directivo de la eléctrica y llamó a Ignacio Galán amigo media docena de veces. Enternecedora escena.
Todo ello durante la presentación del acuerdo Iberdrola-Qatar Holding, rubricado en Madrid en la mañana del miércoles. Eso sí, no puede dar entrada en el Consejo de la eléctrica a los cataríes porque no puede otorgar tal distinción a un 6% mientras se la niega a un 20%. En cualquier caso, peligro.
En la acera de enfrente, Florentino insiste a sus socios en que hay que venderlo todo, también Abertis, para alcanzar el 29,9% de Iberdrola y doblegar a Galán. Éste, por supuesto, responde con una invitación a Qatar para que aumente su participación, al menos hasta el 10%. Participación que tiene su enjundia, porque los inversores árabes, por mucho que prometan permanencia son, ante todo, bancos, cuyas inversiones pueden volar en cualquier momento, y más con los vecinos en revuelta permanente.
En cualquier caso, los March y los Albertos consideran que llegar al 30% supondría otros 3.000 millones del ala, que son muchos millones, sobre todo si consideramos la deuda de ACS, que empieza a resultar más que preocupante.
Otros países europeos se resisten a que los árabes entren en sus empresas estratégicas, aprovechado su liquidez porque no los consideran socios leales. Sin embargo, en España, tras el viaje de Zapatero a Doha, Qatar se ha convertido en el más deseado. Por ejemplo, por parte de Luis del Rivero, presidente de Sacyr, quien se ha entrevistado con los cataríes para que inviertan, no en Repsol, sino en Sacyr, donde existen desacuerdos entre los accionistas. Esta es la España cainita: de las guerras civiles siempre se aprovecha el de afuera: italiano, árabe o lo que sea necesario con tal de matar al vecino.
Un detalle más. En Iberdrola se plantean denunciar al presidente de Endesa, Borja Prado, ante la CNMV o la Comisión Nacional de la Competencia. Y es que Prado, presidente de Endesa, continúa financiando a ACS, a través de su presidencia, Mediobanca, para liquidar a Galán. ¿Un competidor financiando al tiburón de otro? Las relaciones entre las dos grandes empresas eléctricas españolas no atraviesan su mejor momento.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com