El directivo lamentó que se ponga el grito en el cielo por el sufrimiento de las focas en Canadá y se oculte al debate público la crueldad con que se elimina al no nacido.
El representante de la Fundación Vida señaló que en el debate del aborto, estamos olvidando que reconocidos estudios científicos, como los de los doctores Vincent C. Collins, Stevan R. Zielinski y Thomas J. Marzen, en EEUU han demostrado que el feto siente dolor desde el segundo mes del embarazo, que es cuando comienza la actividad cerebral y el no nacido responde a los estímulos. Es decir que con la ley de plazos de Aído, se está legalizando la tortura hasta la semana 22.
Para que una mujer pueda saber realmente lo que está haciendo, debe tener toda la información, y poner en su conocimiento la capacidad del feto de sentir dolor es básica. Muchas mujeres, a las que no se les ha informado de este extremo, han sufrido severos problemas emocionales y psicológicos al enterarse, bien por el proceso, bien porque su sentimiento de culpabilidad le ha llevado a buscar información con posterioridad.
Manuel Cruz subrayó que todas las técnicas de aborto suponen una violencia intolerable sobre un ser humano indefenso que no puede escapar. Un bebé será troceado, acuchillado, envenenado o corroído por una solución salina, unos métodos propios de una película de terror pero que se emplean por médicos, supuestos garantes de la salud.
Es, por tanto, una cuestión de humanidad exigir la abolición de una legislación que ampara esta atrocidad, y no, como se intenta colar por motivos ideológicos sin base científica real, tratar por todos los medios de que quienes se lucran de esto queden impunes, concluyó Fundación Vida.
Fundación Vida
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