El dictador cubano Fidel Castro ha anunciado la derogación de la circulación del dólar en la isla, a partir del próximo 8 de noviembre. La verdad es que se trata de una medida política, más que económica. Cuba seguirá viviendo como hasta ahora de los dólares que aporta el turismo. De hecho, no se penaliza la tenencia de dólares. Lo único que comenzará a circular es el peso convertible cubano, en sustitución del dólar estadounidense y con el mismo valor que la divisa norteamericana. En otras palabras, el dólar norteamericano no será aceptado en el mercado de divisas y sí el peso convertible.
Como es sabido, en Cuba hay dos tipos de población: los que tienen acceso al dólar y los que viven del devaluado peso cubano. Los turistas compran en dólares a precios similares a los de Occidente y artículos de primera calidad. Por el contrario, el cubano lo único que quiere es hacerse con un dólar de propina, cambiarlo a pesos y comprar en sus desabastecidos establecimientos. Aunque el cambio oscila permanentemente, la media es de un dólar por veinte pesos.