En esas está. Espe lanza un envidín con miedo para ver si su contrincante lleva cartas. Pero Rajoy es mano y le ha lanzado un órdago. Ella ha preferido perder las dos piedras. Paso.
Hizo un mus negro. Empezó la ronda sin cartas. Y ya se sabe: los muses negros pueden salir muy bien o muy mal. No llevaba juego. No contaba con el apoyo de los 600 compromisarios. Dice que no ha llamado a ninguno de los miembros natos ni electos. Pero contaba con que su pareja le ayudara. Pero su pareja está pedete. Al final, se ha quedado con la brocha en la mano. Aznar se desmarca: no quiere hacer nada que pueda perjudicar a su mujer, Ana Botella, que podría ser la próxima alcaldesa de la capital en caso de que Gallardón pasase a ser secretario general del PP.
Su otra posible pareja, Rato, va cargado, pero no quiere arriesgar. Un órdago es todo o nada y D. Rodrigo tiene muchos consejos que perder. Así que mucho mejor que quien asuma el coste sea su amiga Esperanza.
Se perdió la grande. La niña, para Rajoy. Pero todavía quedan los pares. Esperanza dice que ella corta con dúplex. Le sube las cejas al de enfrente sin que el gesto sea percibido por Rajoy y Soraya. Los periodistas mirones, ya se sabe, son de piedra y dan tabaco, aunque muchas sonrisitas delatan. También las salidas de pata de banco.
Esperanza espera resarcirse a los pares. Lleva dúplex y cree que Rajoy no ha ligado. O sí. Por eso considera que dos meses en política es una eternidad.
Y más: los estatutos del partido señalan que debe haber un congreso en tres años. O no. Podría ser retrasado si la junta directiva así lo acordara. Puede que no lleguemos al juego. Aguirre no suma. Va al punto. Sus dúplex son guarros, aunque dúplex. Así que prefiere ganar la partida a los pares. Paso a la pequeña.
Luis Losada Pescador
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