Por lo general, los periodistas de ahora mismo no nos pasamos -salvo en el acoso a la vida privada de quien no quiere tenerla- sino que nos quedamos cortos.
Decía ayer que la progresía intentaba afiliar a su bando el cadáver de Sabino Fernández-Campo, un hombre que, si algo fue, antes que nada, fue un católico convencido. Pero la impostura de la afiliación de los muertos exige rehacer su biografía. En ello están. Yo me ratifico en lo escrito bajo esa premisa: me quedé corto.
Pues bien, habrá que luchar contra ello. Eso, que se lean esta reveladora entrevista que concedía al diario que dirige Paco Marhuenda, donde el general Fernández-Campo hace un canto a la vida, se opone al aborto, a la eutanasia y a la manipulación de embriones humanos en los laboratorios científicos.
Y para quienes han escrito correos a Hispanidad poniendo en duda la oposición de Fernández- Campo a que el heredero matrimoniara con doña Letizia Ortiz, me remito a alguien más documentado que yo en materia de realeza: Alfonso Ussía ratifica esta situación en su genial artículo, también en La Razón, que lleva un título corto pero no efímero: Sabino.
Eulogio López
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