Para él lo más urgente es romper el Concordato con el Vaticano, la eutanasia y el aborto libre

 

A falta de un programa de actuación claro y diáfano, coherente con su ideología, Alfredo Pérez Rubalcaba, el nuevo Secretario General del PSOE, se ha decantado en su primera rueda de prensa por lo mismo de siempre: la apuesta por el aborto, la eutanasia y el anticlericalismo más carpetovetónico y radical. Cuando ya hay afiliados que creen que Marx era el hombre del puro de Sopa de Ganso, y apenas existen diferencias entre ser de izquierdas o de derechas en materia económica, lo más fácil es retrotraerse a un pasado que creíamos olvidado para fastidiar a los católicos y meterles el dedo en el ojo con el vano afán de ganar un puñado de votos. En un país que lleva camino de alcanzar los seis millones de parados, la máxima prioridad para el PSOE es revisar el Concordato del Estado español con la Iglesia Católica.

Rubalcaba se ha negado a hablar de la rebelión del PSC tras la derrota de Carme Chacón, la ex independentista catalana de origen almeriense, a quien augura "un gran futuro". Y tampoco ha querido hablar de si Óscar López tendrá que abandonar o no la Secretaría General del PSOE de Castilla León tras convertirse en Secretario de Organización del partido. Tampoco ha desvelado el futuro del asturiano Javier Fernández, miembro de la nueva ejecutiva.

Eso sí, aborto libre y eutanasia para todos, que esto último sale barato. Con la falta de camas de la sanidad pública, es más… hasta ahorramos. Que los ancianos, o los mayores -un respeto que el señor Rubalcaba ya tiene una edad y hay que ser políticamente correctos- tardan en morirse, y salen muy caros.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com