La reforma del IRPF del gobierno socialista no es neutral: produce ganadores y perdedores. El 26 por ciento de los contribuyentes pagará más con el nuevo IRPF.
Los perdedores se concentran, sobre todo, en las clases medias y, especialmente en familias con hijos.
Así que traer hijos al mundo viene penalizado con un incremento en la declaración de la renta de los padres, cuando éstos constituyen un matrimonio legal, bien sea mediante compromiso de fidelidad delante de un sacerdote, bien sea ante un alcalde o concejal en un ayuntamiento.
¿Quiénes son los afortunados, aquellos que pagarán menos a Hacienda? Los ganadores son las mujeres y los hombres solteros y las parejas sin hijos. ¿No les resulta sorprendente?
Con este sencillo ejemplo hemos visto en qué consiste la política pro familia de un gobierno que no cree en la familia. La política pro matrimonio de un gobierno que no cree en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Estas críticas ya fueron realizadas por asociaciones de familia cuando se anunció la reforma fiscal. Apenas han tenido eco en los medios. Pudo más la propaganda mediática del poder.
Ya es hora de que este gobierno levante el castigo a los matrimonios con hijos; deje de penalizar a las familias. Ha llegado el momento de hacer del matrimonio una opción social preferente y reconocer fiscalmente su gran aportación para la sociedad. Porque el matrimonio, como reconocen hoy la mayoría de los sociólogos, es un bien social importante, vinculado con un impresionante catálogo de consecuencias positivas, tanto para los niños como para los adultos.
Clemente Ferrer Roselló
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