A las 7 de la tarde, los chicos de José Manuel Vargas -ése que no quiere a nadie mayor que él en la redacción, y tiene 40 tacos- emitían un edificante espacio Gente que cuenta, bajo un apasionante epígrafe: Cuando me di cuenta de mi homosexualidad. El programa contó con la inestimable asesoría del diestro Óscar Higares (luego dirán que la Fiesta es franquista) y se desarrollaron los siguientes y apasionantes episodios:
1. Joven bollera mal avenida con su madre y que acude al plató para que se reconcilie con su progenitora (no, la madre no era tortillera).
2. Joven cubano que vino a contarnos que tuvo que salir de la isla por ser gay: ¡malditos comunistas!
3. Joven de 60 años que se presenta bajo el título de salí del armario después de 32 años de matrimonio. Los hay con reflejos.
Esto se llama ponerle una vela a San Miguel y otra al diablo, aunque la palmatoria de Satán palpita en horario de máxima audiencia.
Y cuando se acaba el horario de máxima audiencia, comienza la noche para quiromantes y brujas. Todo sea por la pasta y por la educación del pueblo.
O sea, el verdadero ABC, que diría Luis María Anson.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com