Apoyan a la Iglesia y otros fines humanitarios los mismos de otros años: un 33% de los contribuyentes 

Hablamos de 2006 porque el Fisco se lo toma con calma.

Los progres le llaman impuesto religioso pero es una tontuna: lo paga todo el mundo, sea religioso o no, lo que ocurre es que cada contribuyente español no puede pedir que el 0,7% de sus impuestos vaya a la Iglesia católica o a otras obras sociales o al Estado. Pues bien, en 2006 se mantuvo el número de declarantes que marcaron la casilla de la iglesia católica (o las dos, la Iglesia y Otros Fines Sociales) hasta el 33,4% del censo. El resto, por vagancia, desinformación o convicción -creemos que, ante todo, por las dos primeras, optaron por dejarlo en manos del Estado ese 0,7%. O sea, como el 99,3% restante, del que el Estado, es decir, el Gobierno, hace de su capa un sayo.

Eso sí, hablamos de 2006, porque el martes 11 de agosto de 2009 Hacienda hacía pública la memoria fiscal de 2006.