Es un mal crónico de la economía española. Pero lejos de remitir, se agranda. El déficit exterior español aumentó un 29,7% en el primer semestre del año, respecto al mismo período del año anterior. En términos interanuales, las exportaciones crecieron un 4,8%, pero las importaciones lo hicieron un 10,5%, fruto del mantenimiento de la fortaleza de la demanda interna. El resultado es un descomunal déficit comercial, que asciende a 26.665,8 millones de euros en los seis primeros meses del año.
En el primer semestre, el automóvil mejoró sus exportaciones un 5,2%, si bien las ventas exteriores de componentes mejoraron un 8,5% frente al incremento en vehículos terminados, que optimizó un ligero 3,8%. Además, se observan crecimientos en los dos principales sectores exportadores: bienes de equipo (7,7%) y semi-manufacturas (3,8%).
En cuanto a las importaciones, éstas crecieron un 18,8% en el capítulo del sector del automóvil. Los bienes de consumo duradero y los alimentos observaron crecimientos del 17,2% y del 11,4%, respectivamente. Por su parte, los productos energéticos importados se incrementaron un 8,5% como consecuencia del importante auge de la factura energética en el segundo trimestre, que creció un 29% en términos interanuales.
Del conjunto de exportaciones españolas,
Por último, en el capítulo de importaciones, los españoles incrementamos nuestras compras de