Y es que los chinos, verdaderos parásitos de la economía mundial, siguen explotando a su población y ahora andan en liquidez, liquidez que invierten en deuda pública norteamericana.
Ya no es ningún secreto para nadie, salvo, al parecer, para políticos e intermediarios financieros, que de esta crisis permanente de la economía mundial sólo saldremos reduciendo deuda, mejor anulándola. Sobre todo el secreto público.
También el sector privado, claro, cuyo sobre endeudamiento es claramente visible en el capital-riesgo: fondos que compran empresas endeudados para luego trocear esa empresa -es decir, destrozarlas, pagar el crédito y llevarse una buena tajada-.
Volvamos a los grandes especuladores y creadores de deuda: políticos y bancos centrales. Obama asegura que necesita endeudarse más o no podrá pagar sus deudas -en lugar de reducir su deuda para no tener que pagarlas- y el miércoles, el otro gran fabricante de dinero, Ben Bernanke, presidente de la reserva federal norteamericana anuncia que va abrir la manguera de nuevo. Pues qué bien.
Mientras en Europa, ya no sabemos si habrá cumbre para evitar impagos griegos. Está claro que somos una sociedad de morosos, somos la sociedad 13 Rue del Percebe, aquel maravilloso inmueble en cuyo desván habitaba el más recalcitrante moroso que vieron los siglos: Manolo Vázquez.
No se sabe si, al final, habrá Cumbre europea sobre Grecia, la enésima. Pero resulta peligroso que Rodríguez Zapatero, otro Bernanke aún más enloquecido, pida responsabilidad a Alemania. Responsabilidad significa, sencillamente, que siga inflando la burbuja europea para 'solucionar' la burbuja griega... y la irlandesa, y la portuguesa, y la española, y la italiana, y la...
La única forma de salir de esta crisis es no endeudarse y pagar la deuda actual o, si ello no fuera posible, dejar de pagar, quebrar. El crédito no es, como se repite interesadamente, el oxígeno de la economía actual sino el agua que la inunda, ahoga y asfixia. Un detalle: los analistas consideran que el Reino de España ya no está emitiendo deuda pública para financiar inversiones ni para financiar gasto público: simplemente está emitiendo para refinanciar la deuda viva. O sea un círculo vicioso que nos lleva al desastre.
Y en el caso europeo, claro está, no sólo hay que anular la deuda -reduciendo el sector público y el número de funcionarios, naturalmente- sino volver a trasferir fondos, que no crédito, ni capacidad de endeudamiento, desde los países ricos a los menos ricos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com