Ya está claro. Patxi López no apoyará a Ibarretxe como lehendakari aunque el PSE maneje la mayor parte del Gobierno. Este era uno de los escenarios que se manejaban hace algunos días. Pero ya no. En la mañana de este jueves ha dejado claro que el cambio se visualizará con un lehendakari socialista. Más claro, agua. Patxi López quiere presidir el Gobierno vasco. Y además, quiere evidenciar de manera visual que ha habido cambio.
¿Y luego? Luego, Dios dirá porque López manifiesta su voluntad de pactar con todos sin excepciones. Es decir, que podría pactar con el PNV las políticas territoriales y con el PP las económicas. Para todo esto sería necesario que el PP apoyara a López como lehendakari. ¿Lo hará? Eso habría que preguntárselo al PP, responde. Esta es la estrategia. Y todo parece apuntar a que se cumplirá el guión. Porque muchos populares ansiosos del cambio ya anuncian que votarán a López para que el cambio se produzca.
Lo que no saben es que el cambio será más que relativo. Porque López insiste en la necesidad de actualizar el marco estatutario. O sea, que el plan Ibarretxe se transformará en el plan López. Pero no sólo eso, sino que el candidato socialista es partidario de que se regulen las consultas en el nuevo estatuto. O sea, pretende forzar la Constitución igual que Ibarretxe. En resumen. Lo mismo con vestimenta socialista. A eso se le llama pomposamente cambio.