En los últimos días hemos asistido al debate creado por la retirada de la subvención por parte de las autoridades cántabras al colegio Torrevelo implantado en esa comunidad.
La retirada del concierto puede ser legal, pero es, a todas luces, una desviación de poder y, sobre todo, es una exhibición de prejuicios basados en la ignorancia y el sectarismo.
La mayoría de padres y educadores son perfectamente conscientes de las diferencias de todo orden que existen entre niñas y niñas de la misma edad, y más concretamente a cierta edad, y que justifican los argumentos a favor de la enseñanza diferenciada.
Quien tenga hijos de ambos sexos y edades parecidas conoce bien esta realidad. En todo caso, la cuestión de fondo no es otra que la falta de legitimación -otra cosa es la pura legalidad- de los poderes públicos para subvencionar no tanto un modelo u otro de educación, como una determinada ideología de género y un proyecto sesgado de modelo social.
Jesús D Mez Madrid
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