Es el sistema americano y no entiendo por qué alguien se puede oponer a él.
Una hipoteca es un crédito con garantía real. Como su mismo nombre indica, esa garantía de ladrillo opera como un aval: si hay impago responde el avalista, que en este caso es el mismo. En otras palabras, la persona que otorga la dación al banco está entregando su vivienda y, encima, perdiendo su casa. ¿No es bastante castigo como para, además, tener que pagar el resto del capital e intereses no amortizados?
La postura opuesta a la dación, quiero decir, la más divertida de todas, ha sido la de la patronal AEB quien advierte al Gobierno que la dación aún reducirá más el crédito. Hombre, no fastidie: la gente pide una hipoteca porque necesita un sitio para vivir, especialmente si se trata de la primera vivienda. Si necesita la vivienda y la hipoteca, la pide, si no, no la pide, y el banco siempre puede no concedérsela.
Otra cosa distinta son los desahucios. En efecto, la ley está para cumplirla y aunque en algunos casos necesiten ayuda, los bancos tienen derecho a cobrar lo que el cliente se comprometió a pagar. Pero esa es otra historia.
Eulogio López
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