El sector financiero pasa estos días en Cantabria, en la Universidad Menéndez Pelayo. Y como representante de ese sector figura Alfredo Sáenz, primer ejecutivo del Santander que está orgulloso de la compra del Abbey. Según Sáenz, citando a Warrent Buffet, algunos gestores creen posible convertir a un sapo en príncipe, pero esto pocas veces se logra.
Pues bien, Sáenz cree haberlo conseguido con el Abbey. Según él, con el Abbey el Santander ha encontrado sinergias, una de las cuales, no citada por el alto ejecutivo, es el despido de 4.000 empelados del banco británico, aprovechando una legislación británica mucho más flexible esto es, más barata- a la hora de poner gente en la calle. Quizás es por eso por lo que Sáenz califica este tipo de fusiones como darvinistas. Con ello, quiere decir que las únicas fusiones bancarias que funcionan, en concreto de alcance europeo, son las absorciones. Ya saben, el animal más fuerte sobrevive, especialmente por deglución del más débil.