No piensa dimitir. Lo tiene claro. Nos referimos obviamente al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. No dimitirá y acabará su mandato, según ha señalado en la mañana de este miércoles en los cursos de verano de la Asociación de Periodistas de Información Económica. Eso sí, siente la presión del Gobierno madrileño de Esperanza Aguirre, aunque reconoce no tener un presionómetro.
Y lo que niega es que el llamado pacto de estabilidad firmado entre Aguirre y Comisiones Obreras fuera necesario para la estabilidad de la entidad. El comité toma sus decisiones por unanimidad y para eso hacia falta estabilidad, porque ya la había. Otra cosa, reconoce, es la inestabilidad institucional. Las leyes que van y vienen, los comité de control, etc.
Por último, ¿se siente Ud. traicionado? Estoy muy contento con Uds., señala. Blesa no sólo siente el aliento en el cogote, sino la puñalada del Gobierno regional. Eso sí, aguanta. Asegura no tener motivos para levantarse de la silla. Aunque se la intenten mover.
¿Su futuro? Blesa queda a la espera de los profesionales que el Banco de España pueda reclamar una vez intervenga una entidad. No lo dice, pero tampoco lo rechaza. En cualquier caso, su mandato en Cajamadrid termina en septiembre.