Las escuelas públicas francesas muestran a partir del lunes, 9 de septiembre, en un lugar visible, junto al lema de la República -"Libertad, igualdad, fraternidad"- y a la Declaración de Derechos Humanos y del ciudadano, una Carta del Laicismo que se enseñará a los alumnos como la base de los valores del país.
"Demasiada gente tiene ahora una representación errónea del laicismo", señaló en una entrevista publicada por "Le Journal du Dimanche" el ministro de Educación, Vincent Peillon, que justificó la enseñanza de esta síntesis en 15 puntos de sus grandes principios.
Peillon recordó que la Constitución en su artículo primero establece que Francia es una república "indivisible, democrática, social y laica", unos valores para los que hay que explicar su significado.
Señaló que el laicismo es "una exigencia de razón, de justicia y de paz" que fija "un cierto número de obligaciones, de límites y de reglas: el respeto de los demás, la neutralidad del Estado, de los espacios en los que no se hace proselitismo, la distinción del saber y de la fe".
Insistió en que eso nunca se impone por la violencia y que "aunque impone una obligación de neutralidad religiosa y política, asume valores" como la libertad de conciencia, el respeto de la persona, la igualdad hombre-mujer y la racionalidad.
Preguntado sobre si esta iniciativa no encubre una islamofobia, el ministro socialista replicó que "para nada" y que el laicismo "ofrece un espacio preservado y neutro en el que se da a cada uno, sea cual sea su religión, su origen social o geográfico, los medios para elegir y construir su vida".
Un principio claro de laicismo es que todos los sentimientos religiosos han de quedar relegados a la propia conciencia, en la republica no hay espacio para ellos.
José Morales Martín