Las películas de Hollywood han hecho cercana la figura del fiscal del distrito, así como a los asistentes del fiscal. En el sistema judicial español, la labor que ellos realizan la llevan a cabo los jueces. Uno se encarga de recabar la información necesaria (juez instructor), y otro de realizar el juicio. La labor que realiza el fiscal de distrito en Estados Unidos es la que realiza el juez instructor en España.
Ángel Juanes, presidente de la Audiencia Nacional, al ser preguntado en el Foro de Nueva Economía sobre la posibilidad de que los procesos los asuma la fiscalía en lugar de los jueces, ha afirmado que en el futuro, seguramente lo llevarán los fiscales. Pero para llevar a cabo ese cambio, sería necesario un consenso político.
A la hora de analizar esta posibilidad, hay cierto temor ante el hecho. Y es que mientras que en Estados Unidos los fiscales del distrito son elegidos por el pueblo, en España la fiscalía es un cuerpo orgánico (para hacernos una idea, parecido al Ejército), por lo que si el fiscal general del Estado dice rana, todos los fiscales saltan, es decir, si el fiscal general indica una línea, los fiscales deben obedecer esa indicación.
¡Horror! Si ese cambio se llega a producir, la independencia de los jueces (que ya en ocasiones se pone en duda), se vería más comprometida. Los fiscales que instruyesen los casos deberían ser independientes. Pero en el caso de España, como se ha podido comprobar actualmente, el fiscal general del Estado, nombrado por el Gobierno de turno, no lo es. De esa manera se entiende que llegue a criticar con total impunidad al principal partido de la oposición.
De esta manera, como los fiscales sean quienes instruyan los casos, como haya líos de partidos por medio (que no de faldas, aunque todo podría ser), tendrán que someterse a lo que el fiscal general del Estado les pueda ordenar, por lo que habría que decir adiós a su independencia. Así que atención...¡Rana!
Juan María Piñero
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