- Saca de su balance los 3.000 millones de deuda del fallido asalto a Iberdrola.
- Pero los March no tragan: insisten en que suprima el dividendo de 2012.
- Entre otras cosas, porque el riesgo financiero del maquillaje -eso sí, muy legal- resulta muy alto.
- Para la familia mallorquina, la nueva andanada del presidente de ACS sólo sirve para prolongar la agonía.
La agencia Europa Press adelantaba -mañana del lunes- la noticia de que la constructora ACS retiraba de su balance 3.000 millones de euros de deuda asociada al fallido asalto a Iberdrola. Desaparecía así, de un plumazo, la tercera parte de su balance, si los auditores lo permiten. Porque el truco es legal, pero no engaña a los informados.
De hecho, empezando por el final, los March, principales accionistas de la compañía, están que braman. No quieren ingeniería contable: lo que quieren es que Pérez, tal y como le han exigido, anuncie que no habrá dividendo con cargo a 2012 y que se dedicará el dinero a reducir apalancamiento. Pero Florentino (en la imagen) nunca suelta la presa.
La operación se presenta como una venta de una opción por parte de ACS a SG y Natixis sobre acciones de Iberdrola, de las que le habrían cedido ya los derechos políticos, pero no la propiedad. Con un problema añadido.
Estamos hablando de un futuro. Pero resulta que la cotización de Iberdrola ha caído durante los últimos años. Por tanto, o bien obliga a pagar una cantidad por las acciones superior a su valor de mercado, si las quiere en propiedad, o a indemnizar fuertemente, si no las quisiera. Esa indemnización constituye un pasivo o provisión que tiene en su balance como si de una deuda se tratase, puesto que es muy probable que tenga que hacer frente a ella o, si prefiere pagar los títulos, es la pérdida en que incurriría por pagarlos por encima de su precio de mercado. En definitiva, Natixis y Societé ganan en todos los casos mientras ACS pierde mucho o poco, según el caso. La operación se pactó así porque adquirir los derechos políticos temporalmente era muy caro y se pagó de ese modo. Mientras dura el pacto, si los títulos suben, Natixis y SG se apropian de la subida y si bajan, lo asume ACS.
Ahora, lo que parece es que Société Générale (SG) ha llegado a un acuerdo por renunciar a esa indemnización y se conformará con que le paguen las acciones a precio de mercado. Lo relevante es saber a cambio de qué ha hecho esa concesión.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com