La Comunidad Valenciana, Canarias y Cataluña son las comunidades más afectadas

 

Sólo Ceuta y Melilla arrojan datos positivos. La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) culpa al Gobierno de dejar a este colectivo a su propia suerte.

Lo malo de un papá-Estado es que todos los hijos quieren ser tratados de la misma manera porque el Estado es el padre de todos y no debe tener preferencias por ninguno. Y eso es lo que ha recriminado la UPTA al Gobierno tras presentar el número de comercios que han cerrado en España en el último año. Los datos que ofrecen son críticos. Según la Unión de Autónomos, casi 40.000 han cerrado sus puertas desde el inicio de la crisis, y desde agosto del 2009 al de este año han sido un total de 5.687 negocios.

Los motivos de esta situación son varios, pero destacan la imposibilidad de acceso a la financiación y la falta de políticas activas. Desde la UPTA se cree que el Gobierno no ha hecho caso a las peticiones del colectivo y de dejarlo a su propia suerte. En ese sentido ha reprochado el Ejecutivo que no haya sido generoso con ellos como lo ha sido con sectores como el de la automoción, donde las ayudas puestas en marcha (Plan 2000E, por ejemplo) han supuesto un revulsivo en las ventas.

Las comunidades más afectadas por los cierres son La Comunidad Valenciana, Canarias, Cataluña, País Vasco y Andalucía. Sólo Ceuta y Melilla arrojan datos positivos. No sabemos si papá-Estado dará un paso al frente para tratar de contentar a todos, pero lo que está claro es que determinadas ayudas, si no son iguales, lo único que generan es descontento entre los no beneficiarios. Es lo que tiene ir tapando agujeros con las manos, que pronto se queda uno sin ellas para tapar otros.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com