La primera vez que una madre estuvo presente en la canonización de su hija fue en el caso de Santa María Goretti (Enzo Lodi). La futura santa nació en Corinaldo (Italia) el 16 de Octubre de 1890. Era huérfana de padre, analfabeta, estaba a cargo de sus cuatro hermanos, y apenas contaba con doce años, cuando su agresor, Alejandro Serenelli, empezó a clavarle un puntero para que accediese a tener relación carnal con él. Al no ceder la niña, murió por las catorce heridas provocadas por el puntero. El asesino se convirtió y cambió radicalmente de vida.
La vigencia del valor del bien moral absoluto, constituye un testimonio de todos los tiempos: desde Susana en el Antiguo Testamento, resistiéndose a las pretensiones carnales de dos jueces inicuos, pasando por Juan Bautista que por reprochar a Herodes que no le era lícito tener la mujer de su hermano fuer martirizado, siendo precursor de Jesucristo también en el martirio, hasta Santa María Goretti. Escribe Juan Pablo II: "Si el martirio es el testimonio culminante de la verdad moral, al que verdaderamente pocos son llamados, existe no obstante un testimonio de coherencia que todos los cristianos deben estar dispuestos a dar cada día, incluso a costa de sufrimientos y grandes sacrificios. En efecto, ante las múltiples dificultades, que incluso en las circunstancias más ordinarias puede exigir la fidelidad al orden moral, el cristiano, implorando con su oración la gracia de Dios, está llamado a una entrega a veces heroica".
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar
Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.
Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de