La figura de San Cristóbal es de enorme actualidad y popularidad al ser el patrono de los transportistas y motoristas. Desde el punto de vista histórico poco se sabe de este santo del siglo III. Fue ermitaño y según la leyenda practicaba la caridad cruzando a la gente un río montada sobre sus hombros. Se dice de él que ha sido el santo más gigantesco y fuerte del santoral. Pero un día, un niño, le pidió que le pasase el río, y cuando iba por mitad de la corriente el niño empezó a pesarle terriblemente. Cristóbal, aun apoyándose en su cayado, apenas pudo llegar a la otra orilla. Al depositar el niño en tierra éste le dijo que era Jesucristo y que como Él había llevado sobre sus hombros el peso del mundo. Sea o no cierto el hecho, el caso es que poco después, durante la persecución de Decio, Cristóbal tuvo el valor de confesar su Fe. Apaleado con barras de hierro, no cedió. Aplicándole fuego, tampoco. Asaeteado en sus partes más sensibles se mantuvo firme. Ya, agonizante le cortaron la cabeza.
Hoy día que la circulación provoca tan gran número de muertes en los países desarrollados, especialmente entre los motoristas, parece aconsejable la devoción a este santo y asimismo, el cuidadoso respeto a las normas de circulación cuyo incumplimiento puede ser ocasión de pecado grave.
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar
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Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de
Pilar Riestra