- Ya hay un muerto y 30 heridos en las protestas ciudadanas tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de anular las competencias de la Asamblea Nacional, después rectificada.
- "Para los católicos, la conmemoración de los atropellos contra Jesucristo es una urgente llamada a actuar pacífica pero contundente ante la arremetida del poder".
- La Conferencia de Religiosas y Religiosas de Venezuela anima a la población a manifestarse sin violencia, "pero con contundencia".
La
crisis política y social en Venezuela se agudizó después de que la semana pasada el
Tribunal Superior de Justicia (TSJ), emitiese dos sentencias que, entre otras cosas, eliminaban la inmunidad parlamentaria y transferían las funciones de la Asamblea Nacional a la Corte. Si bien el TSJ rectificó y devolvió las competencias
y la inmunidad parlamentaria a la Asamblea Nacional, el Parlamento inició el miércoles un procedimiento contra los jueces que firmaron las dos sentencias.
Las protestas de la sociedad civil venezolana, más que harta de la dictadura del
presidente Nicolás Maduro, no se han hecho esperar. Aunque la mala noticia es que
un joven llamado Jairo Ortiz murió durante una protesta en el municipio Carrizal, ubicado en el central estado de Miranda, a las afueras de Caracas. Además,
el presidente Maduro ha anunciado que unas 30 personas han sido detenidas por los enfrentamientos entre la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y los participantes en la marcha, recoge
Público.
Tanto los
obispos como los
religiosos venezolanos se han referido al contexto político social que vive su país.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) planteó la desobediencia civil y las manifestaciones y protestas pacíficas, por la "crisis moral"
creada por el intento de clausura del Parlamento, recoge
Entorno Inteligente.
Los obispos consideran que las sentencias del Supremo Tribunal "son decisiones moralmente inaceptables y, por tanto, reprobables".
La incapacidad para dar solución a la escasez y carestía de los alimentos y medicinas, la creciente violencia, la incitación al odio y el desconocimiento de las normas elementales para una convivencia en paz, son, entre otras,
las causas que nos tienen "sumidos en un marasmo que entorpece el entendimiento y el progreso".
La jerarquía venezolana sostiene en su carta que "una nación sin Parlamento es como un cuerpo sin alma. Está muerto y desaparece toda posibilidad de opinión divergente o contraria a quienes están en el poder".
Se abre así la puerta a la arbitrariedad, la corrupción y la persecución, "un despeñadero hacia la dictadura siendo, como siempre, los más débiles y pobres de la sociedad los más perjudicados".
"Estamos muy cerca de la Semana Santa. Para los católicos la conmemoración de los atropellos contra Nuestro Señor Jesucristo es una urgente llamada a tomar conciencia y a actuar de manera pacífica pero contundente ante la arremetida del poder", añadieron.
Por su parte, la
Conferencia de Religiosas y Religiosas de Venezuela (CONVER) respaldó las palabras de la Conferencia Episcopal Venezolana y expresó su preocupación por la crisis y la falta de autonomía de los cinco poderes del Estado y
animó a la población a manifestarse sin violencia, "pero con contundencia" para "que se corrijan las arbitrariedades que nos llevan a una situación de inminente dictadura", recoge
Aciprensa.
Los religiosos y religiosas denunciaron que en el país existe una "
falta de autonomía entre los cinco poderes públicos: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Ciudadano", tal como establece la
Constitución de 1999.
Asimismo, denunciaron "la indolencia del gobierno nacional ante la situación crítica que vive nuestro pueblo, demostrando una vez más que sólo le interesa la lucha por mantenerse en el poder,
sin importarle el precio ni las consecuencias de desoír la voz del pueblo que clama por atención, comida, medicinas, seguridad, educación y una sana convivencia en paz".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com