Cajamar ha comenzado mal el año: caen todos los márgenes y no es por el coronavirus
Son muchos años alrededor de entidades financieras y no sé si es ya por la edad o por motivos puramente sentimentales, cada vez que tengo que escribir sobre esta entidad, me gusta resaltar que su núcleo inicial se formó en torno a la antigua Caja Rural de Almería, con unos valores éticos financieros muy especiales y que ahora tratan de vender otras entidades. Y lo intentan, justo cuando el sector financiero parece agotar sur recursos de captación de negocio, puesto que los productos y servicios ofrecidos son muy similares y con unos márgenes cada vez más ajustados. Recuerdo las palabras del entonces presidente de la Caja Rural de Almería, Juan del Águila, que sintetizaba de una forma muy simple el espíritu del negocio de la entidad comparándolo con una caja de sandías. Las frutas representaban el negocio de la gran banca, y donde la Caja buscaba su negocio -sin competir con la banca- era en los huecos que dejaban entre sí las sandías.
Esta fue la filosofía de la entidad hasta que quiso entrar en competencia con las sandías y estuvo a punto de estrellarse.
Después de una larga travesía en el desierto de la crisis del ladrillo que golpeó sus cuentas con fuerza y la obligó a una asociación con otras dieciocho cajas que cayeron en la misma trampa, o en la de una gestión poco rigurosa, el grupo presentó el jueves unas cifras de 2019 que, con luces y sombras, pueden calificarse de correctas en cuanto al negocio puramente bancario, pero que aún reflejan las consecuencias de su tremenda osadía de enfangarse en el negocio inmobiliario, y que le está obligando a recurrir a extraordinarios para mantener el tipo.
El resultado neto obtenido ha sido de 92,5 millones de euros (M€), 10,2M€ más que en 2018 (+12,5%). Resulta impresionante comprobar que el margen de explotación ha sido de 573,5M€, 205,8M€ más que en 2018, con un margen de intereses de 589,8M€ un 0,6% superior al de 2018, crecimiento ligeramente inferior a lo que hemos visto ahora en la gran banca, pero normal por su tipo de negocio, donde el ratio LTD está en el 95,05% y que en 2018 estaba en un 101,95%.
El margen bruto ha crecido 213,6M€ (+22,9%), una auténtica barbaridad, y donde destacan dos epígrafes en sentido contrario: las comisiones netas, que bajan un 6,3% ya que no contemplan ningún extraordinario como en el ejercicio pasado, y la entidad mantiene su política de no cobrar comisiones a sus clientes más fieles. La otra partida son los resultados por operaciones financieras, que alcanzaron los 296M€, 216,7M€ más que en 2018 y donde la entidad no nos ofrece más explicaciones. Realmente no hacen falta, pues, como veremos, el destino ha estado claro, pero yo, por mi parte, les saco una tarjeta amarilla por falta de transparencia.
Pero no, en la entidad hubo un tiempo en el que las territoriales, en especial la de Cataluña, quiso jugar a los banqueros y rompió los esfuerzos de muchos años de territoriales como la de Andalucía
Los gastos de Administración crecen un 1,2%, con prácticamente la misma plantilla que en 2018 y 62 oficinas menos y aproximadamente el mismo número de empleados.
Las cuentas no salen, ¿verdad? Claro, porque falta la verdadera bomba: una dotación a provisiones de 53,3M€, un 38,4% más que el pasado ejercicio, y 333,6M€, 189,4M€ más que en 2018, dedicados a deterioro de activos financieros, prácticamente en su totalidad destinados a coberturas de activos irregulares. No me extraña la noticia de que la entidad ha puesto a la venta 1.580 inmuebles adjudicados con descuentos del 60%.
Si son seguidores de mis artículos sabrán que en repetidas ocasiones me he referido a estas situaciones que tarde o temprano tenían que llegar. Las carteras de dudosos crecían y las provisiones cada vez ahogaban más a las entidades. La solución es vender con pérdidas y sacar estos riesgos de la cartera: en 2018, los activos dudosos eran 2.458,9M€; en este cierre, de 1.948,1M€ (-510,9M€). Ahora salen las cuentas y la tasa de morosidad, que en 2018 era del 7,63%, se queda en 6,07%, aún muy elevado y que le costará otro esfuerzo para mejorarlo. La solvencia queda en un 12,32% Phased in CET1 F.L.
Aún quedan algunos esfuerzos más para remediar el tremendo error cometido por entrar en el nicho de negocio de las ‘sandías’. Si hubiesen seguido la máxima de si algo funciona mejor no variarlo… Pero no, en la entidad hubo un tiempo en el que las territoriales, en especial la de Cataluña, quiso jugar a los banqueros y rompió los esfuerzos de muchos años de territoriales como la de Andalucía, destinando sus recursos conseguidos con muchos esfuerzos al maldito ladrillo.