La meme que acompaña este texto explica el trasfondo de lo que quiero decir mucho mejor que yo: muestra dónde está el personal
Nuevo mensaje de la Virgen María a la madrileña Margarita de Llano. ¿Considero que esta madrileña es un fraude? No. Hay muchos iluminados religiosos pero no es el caso. Si quieren comprobarlo, léanla y apliquen su capacidad de discernimiento: es receta segura. Y esto independientemente de que lo que dice sea o no de su agrado, que esa es otra cuestión.
Reproducimos aquí el mensaje del 28 de noviembre. Si tuviera que resumirlo lo haría de esta guisa:
La culpa no la tienen ni Sánchez ni Iglesias, la tenemos nosotros, todos y cada uno. Aún más: el problema no es que seamos malos sino que encima nos creemos buenos.
Junto a ello, otro punto vital para entender el siglo XXI: los demonios no han entrado en la vida pública sino en la vida privada, en la familia, en el hogar. Lo otro no es sino mera añadidura. Ahora les cuento cómo.
El desierto demográfico: los jóvenes no tienen hijos porque sus padres tampoco los tuvieron. Pero, ojo, el que tiene muchos hijos también puede ser fruto de su promiscuidad.
Los demonios no han entrado en la vida pública sino en la vida privada, en la familia
¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Por ejemplo, con la tendencia a “buscar un sacerdote y hacer que diga lo que quieres para luego decir que haces lo que él te dice”.
Hablamos de la generación nacida entre 1950 y 1960, la que empezó a desviarse gravemente. Y ahora hemos llegado a una historia más reciente de España: “Mirad, el demonio ha iniciado la batalla desde dentro, desde dentro de vosotros porque sabe que desde fuera no puede. Desde fuera lo intentó antaño, moviendo todos los gobiernos materiales, y le plantasteis cara”. Así que cambió de táctica: “Mirad lo que ha hecho, y ha sido entrar en vuestros hogares y desde ahí, expandir su mundo de pecado y en contra de Dios. Mirad que no lo hizo de lleno y de una vez, sino poco a poco.
Primero entró con el hedonismo y la comodidad. El placer y la pereza. El buen comer, el buen beber, las adicciones de todo tipo. Todo el mundo sensual libre y a vuestra discreción, usando de él sin cortapisas y como queríais, como se os dé la gana en cada momento”. Luego vino el culto al cuerpo, la cultura del gimnasio.
Pero lo peor es el matrimonio, la crisis, ojo, interna, de la familia y también la del sacerdocio: “Tantos matrimonios infieles a la Ley de Dios, que habéis dicho por activa y por pasiva que es una Ley incumplible, habéis convencido a mis sacerdotes de ello”.
También habla Santa María de la pureza, ojo, dentro del matrimonio: “Algunos se creen que por tener muchos hijos quedan excluidos de cumplir los Mandamientos. No hijo, el tener muchos hijos no te exime de ellos. A veces son fruto de tu promiscuidad. ¿Qué tiene que ver la promiscuidad con el Evangelio? Aquel donde se dice: “Todo aquel que ha mirado a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón. Cuida la mirada de deseo también con tu mujer, con tu marido. El amor de esposos puro y casto, en el compartir una misma carne, es algo bello y hermoso que agrada a su Creador. Y por medio de ellos, se le alaba”.
Los jóvenes no tienen hijos porque sus padres tampoco los tuvieron. Pero ojo, el que tiene mucho hijos también puede ser por su promiscuidad
Por si alguien no lo ha entendido: “Que se sepa sujetar la carne, es algo santo y puro. Y esto no se consigue sino con periodos de abstinencia. Que son sanos y saludables”.
Ahora bien, en sentido contrario, también hay receta: “Si los esposos impiden la nueva vida que les envía Dios en su interior, eso aunque no se diga y no se hable, también se transmite a los suyos. Y los hijos crecerán con la idea de que traer niños al mundo es un horror. Luego entonces que ellos mismos hayan venido es una equivocación y algo malo que, de poderse haber evitado, se habría hecho".
Y claro, la consecuencia es obvia: “luego esos niños crecen toda su vida con la idea de que su vida no merece haber existido y que no es algo bueno que existan. Sentirán que lo mismo que no se ama a los posibles hijos, pues se evitaron, tampoco se les ama a ellos, o si se les tiene es por un fin meramente utilitarista: porque les proporcionan algún bien a los padres”.
En resumen, el mensaje de la Virgen María es doble: a la situación actual no hemos llegado desde fuera, hemos llegado desde dentro. La culpa, insisto, no es de Pedro Sánchez o de Pablo Iglesias, la culpa es nuestra, que hemos permitido que dos descerebrados de este calibre, y muchos otros sinsorgos, lleguen al poder y se conviertan en referencias sociales.
En segundo lugar: nos hemos degradado porque los propios cristianos hemos rebajado el nivel y, además, hemos obligado a la jerarquía, sobre todo a la parte más importante de la jerarquía, los párrocos, a rebajar ese nivel hasta hacerles decir aquello que queremos que nos digan, no más.
Ergo, la solución no está ni en la política ni tan siquiera en la calle: está en nuestra propia conversión y de puerta adentro del hogar. No vaya a ser que además de ser malos, nos creamos buenos… que ya es el colmo de la estupidez, además de la marca de fábrica de ahora mismo.
Como siempre, la meme que acompaña este texto explica el trasfondo de lo que quiero decir mucho mejor que yo: muestra dónde está el personal. Sí, ya sé que es una caricatura pero, ¿a que se entiende y hasta se comprende?