- Y lo hace con efecto retroactivo, desde julio, cuando anunció consulta pública.
- Si usted quiere cerrar una central, el Gobierno se la podrá expropiar y sacarla a subasta pública.
- Y entonces Iberdrola anuncia el cierre de dos centrales de carbón (Asturias y Palencia).
- Una primera escaramuza antes de la gran batalla nuclear.
- Pero lo hacen por luchar contra el cambio climático, naturalmente.
Para entendernos, el ministro Nadal, para que no le acusen de retroactividad, emitió en julio una consulta pública sobre su futuro decreto de cierre de centrales de generación eléctrica. Decreto de cierre que, por cierto,
no contó con apoyo parlamentario. Entiéndanlo, fue al rebufo del cierre de la nuclear de
Santa María de Garoña y aquí todos odiamos la energía nuclear, oh sí.
En cualquier caso, Nadal consideró que
había que hacer una norma que posibilitara al Estado decir qué plantas se cierran y cuáles no, aprovechando que hablamos de un servicio público y esencial.
Ahí va el comunicado oficial.
Si usted quiere cerrar una central no rentable le tendrá que pedir permiso al Estado. Si el Estado considera que la central es necesaria para mantener el
suministro, no le permitirá cerrarla. Se la expropiará, la sacará a pública subasta y
se la otorgará a un competidor suyo. Y usted cobrará lo que fije la ley.
Y entonces
Ignacio Galán, siempre en pulso con el ministro Nadal, decide cerrar las centrales térmicas de carbón de
Iberdrola en Asturias y Palencia... y se monta la mundial. Todo ello mientras la mitad de los periodistas especializados en Energía están en Dubai invitados por
Cepsa y la otra mitad en Portugal, invitados por
Iberdrola.
¿Quién ganará el pulso? Aunque eso es lo de menos porque se trata de un pulso menor.
Lo divertido vendrá cuando de este uso salga la decisión definitiva, del parlamento o de los tribunales, de cara a la renovación del parque nuclear. Lo de las térmicas de carbón es una escaramuza comparado con la gran batalla nuclear que se avecina. Y al fondo, la petición del sector:
bájame los impuestos de las nucleares si quieres que las mantenga abiertas.
Y por cierto, la eléctrica carbonera no es
Iberdrola sino la italiana Endesa (sí, italiana, de ENEL).
Eso sí, todo esto lo hacen para luchar contra el
cambio climático, naturalmente.
Naturalmente, naturalmente, naturalmente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com