- Los antiguos accionistas recurrirán, amparándose en que deben estar representados aunque su participación se ha reducido del 20% al 1,6%.
- Se han marchado ya Carolina Masaveu y el fondo Broadbill, pero permanecen Fernández de Sousa, Damm y el fondo Luxempart.
- Y en paralelo, sigue el vodevil bursátil: el valor de Pescanova vuelve a despeñarse un 20%, con 9.000 pequeños accionistas atrapados.
- Para los bancos acreedores, la nueva compañía avanza "en el camino de la tan esperada normalidad", aunque la compañía sigue en pérdidas (36 millones).
Los dos representantes de
Pescanova SA que quedaban en la
Nueva Pescanova han sido finalmente expulsados del Consejo de Administración durante la
Junta de Accionistas celebrada este martes. Ya no queda, por tanto, ningún representante de la antigua, lo que no quiere decir que termine el
litigio entre ambas partes.
La representación de los antiguos socios quedó reducida en abril del 20% al 1,6% del capital, tras la
ampliación de capital, algo que no les dejó contentos, precisamente. Todo apunta, por tanto, a próximo recurso por la expulsión, acogiéndose a lo mismo que han mantenido hasta ahora: que el
contrato firmado en 2015 prevé que tengan representación mientras sigan en el capital. Claro, la posición de la
banca acreedora, con la mayor parte del capital, es justo la contraria.
En paralelo, la vieja
Pescanova ha sido protagonista en bolsa, en la que reapareció el 7 de junio
con 9.000 pequeños accionistas, presa del vaivén especulativo. Este martes pierde un 20%, hasta 1,35 euros por acción, aunque partió de 25 céntimos y ha llegado a 1,81 euros, sin actividad, ni empleados y sin lógica económica.
La lectura del presidente de la Nueva Pescanova,
Jacobo González-Robatto (
en la imagen), sin embargo, es muy distinta: la compañía resuelve la delicada situación patrimonial y avanza "en el camino de la tan esperada normalidad".
A la Junta han asistido, en representación de la SA,
Luis Malo de Molina y
Leopoldo Zugazabeitia, y ha votado en contra de todo, como era previsible. De los antiguos
accionistas se han marchado ya
Carolina Masaveu y el fondo
Broadbill (que también está en la Nueva Pescanova), pero permanecen
Fernández de Sousa,
Damm y el fondo
Luxempart.
Por lo demás, la junta ha aprobado las cuentas, en las que se registra un Ebitda de 68 millones de euros en 2016, el doble que en 2015, pero en línea con lo previsto el Plan Estratégico 2016-2020.
Rafael Esparza