El informe de los peritos del Banco de España sobre la situación del Banco Popular antes de su intervención por Europa y su venta, en una noche, al Santander, ha provocado el aplauso de Ángel Ron y el cabreo profundo de su sucesor, Emilio Saracho. Lógico. La gestión del primero concluye con este juicio: el banco era solvente y viable tanto al final como cuando se hizo la segunda ampliación de capital.

Y encima, el informe critica indirectamente a Saracho, a quien, indirectamente, por supuesto, se le acusa de no haber sabido afrontar la crisis de liquidez. Es más, se añade una coletilla, no muy habitual en los informes de los inspectores en la que se acusa a determinadas noticias de prensa –calificadas como falsas- el pánico surgido entre los clientes y la momentánea falta de liquidez. Es decir, la excusa de Bruselas para regalar por un euro lo que el mercado valoraba, y tras intensas bajadas, en 1.300 millones de euros.

En cualquier caso, lo que sigue siendo cierto es que este informe supone una revolución en el caso Popular y su principal crítica se refiere a la JUR de Elke König, quien decidió vender el Popular al Santander por un euro, un verdadero chollo para Ana Botín.

El último presidente del Popular se revuelve ahora contra el informe de los peritos del Banco de España

Pero el informe plantea otras cuestiones. Por ejemplo, ¿por qué el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, no defendió al Popular, siendo este el primer banco de la zona euro, banco de calado, que fue malvendido y sirvió como aviso para navegantes? Sirvió de poco, ciertamente, porque el caso se ha estancado en los tribunales y porque otros países europeos, como Italia, no fueron tan tontos y defendieron a su banco con mucho empeño.

Pero sí sirvió para que Luis de Guindos fuera admitido en la tierra de Mordor, es decir, en el Fráncfort del BCE, donde ahora es vicepresidente. Había pasado la prueba de fuego, dado que había traicionado a su hermano, a uno de sus propios bancos y marcado el camino –insisto, no seguido aún por nadie- de la liquidación de bancos.

El problema de Saracho es que no llegó al banco para sanearlo, sino para venderlo

El proceso de sucesión es absurdo, encima llega y empieza sembrar el pánico entre los clientes.

Dos preguntas sencillitas: ¿por qué Luis de Guindos dejó caer al Banco Popular? ¿Por qué nombró a Emilio Saracho, un especialista en banca de inversión que no tenía ni idea de lo que es la banca al por menor? 

Otrosí: el informe no critica ni al Banco de España ni al Ministerio de Economía. ¡Qué cosas!