• ¿Pasamos de una GNF compradora a una GNF vendedora?
  • Si Repsol vende el 20% a CVC, dos institucionales controlarán el 40%.
  • Y tanto un fondo como el otro (GIP) son amigos de las desinversiones.
  • Reynés ya tuvo a CVC en Abertis y acabaron segregando Saba.
  • En cualquier caso, Reynés pide tiempo para elaborar el plan estratégico.
Francisco Reynés toma el mando de Gas Natural Fenosa con todos los poderes, lo que ya da una idea del reto que afronta la compañía en su futuro inmediato, no sólo por el negocio en España, que tendrá que enderezar, vistos los resultados en 2017, sino también desde el punto de vista corporativo. Tiene ante sí, también, una incertidumbre regulatoria o una fuerte competencia en precios, que explica el "muy complicado 2017", en palabras de Rafael Villaseca (en la imagen, con Reynés) consejero delegado saliente. Hasta el momento, el perfil de GNF apuntaba a un crecimiento con las compras o fusiones para crear una gran energética del sur de Europa. No obstante, Reynés ha pedido -y merece- "un poco de crédito", porque acaba de aterrizar, y de ese aterrizaje depende, por ejemplo, el nuevo plan estratégico, que sí dará pistas sobre operaciones corporativas. La posición de GNF, en principio compradora de GNF, puede cambiar con la posible desinversión de Repsol y una venta de su 20% a CVC, el fondo británico. En ese caso, el 40% de la gasista estaría controlado por fondos institucionales (GIP tiene un 20%), amigos de las desinversiones para monetizar su inversión. CVC, por cierto, fue accionista de referencia de Abertis y cobró un buen dividendo en 2011, con la venta de Saba, filial de aparcamientos y parques logísticos. Reynés no ha entrado a valorar hipótesis, sin embargo. Ha optado por concentrar su mensaje sobre tres pilares, que aproximan más, no a lo que va a ocurrir sino a lo que puede pasar: "confianza, transformación y paciencia". Dicho de otro modo, ha expresado su confianza de que GNF es una "gran compañía", pero que estrena "nueva etapa", con su "estilo personal", y esa etapa la ve, y solicita que se vea, con "paciencia y esperanza". Se ha tratado, por tanto, más de una declaración de principios que de intenciones concretas, conduciéndose, eso sí, con suma cautela, ante cualquier posición apriorística. Eso, naturalmente, se ha trasladado a todo lo demás: una fusión con la portuguesa EDP "o con Pepito", su posición respecto al ministro de Energía, Álvaro Nadal ("no me toca opinar" o el relevo de Isidro Fainé ("no me toca responder a mí"). También sobre la posible desinversión de Repsol o el tiempo que llevaba gestándose su nombramiento al frente de GNF ("se dicen tantas cosas y hay tantos rumores, sin contrastar, sobre tantas cosas"). A Reynés, en fin, se le ha preguntado sobre muchas cuestiones, pero se ha limitado a contener, dejando claro que lo más importante es la "creación de valor", porque todo quedará contestado en el plan estratégico, que se presentará en torno a la Junta General de Accionistas, antes del 30 de junio, como máximo. Todo lo demás depende de ese plan. Raynes ha dejado claro también que llega a la presidencia ejecutiva, sin consejero delegado por medio, con el apoyo de todo el Consejo de Administración. Ha agradecido ese respaldo "de todos, también de Repsol". Del resto, Criteria y GIP (20%) ya se supone. Y ha tenido palabras de elogio para Rafael Villaseca, "un amigo", mientras el hasta ahora consejero delegado se ha encargado de explicar la cuenta de resultados y cuestiones más técnicas. Deja GNF "después de una temporada larga" y "muy orgulloso de lo hecho". Rafael Esparza