- En el Salón de Fráncfort las estrellas siguen siendo las marcas, pero con cada vez más protagonismo de las soluciones informáticas.
- La revolución digital se traslada a una dependencia creciente de los fabricantes de corporaciones como Apple o Google.
- Google asegura que no fabrica ni fabricará coches, pero quiere 'colarse' en una industria golosa.
- Y la automatización de los vehículos exige una vía de cooperación: Daimler o BMW ya la tienen con Apple.
El
Salón del Automóvil de Fráncfort es, junto con los salones de
Ginebra y
París, uno de los mejores escaparates para presentar novedades, desde luego (todas las marcas lo hacen), pero también un termómetro para medir el destino de un sector siempre en transformación.
La feria está en el ecuador, queda mucho septiembre todavía, pero ya se están viendo mucho de todo lo anterior. De momento las
estrellas siguen siendo los grandes fabricantes (
Volkswagen,
General Motors,
Toyota,
Daimler, etc.) y sus modelos, pero aumenta el protagonismo, en paralelo, de las soluciones informáticas, campo en el que juegan mucho otras compañías como
Google o
Apple.
El lema de este año no es ocioso:
La movilidad conecta. Léanlo de otro modo, el foco se ha desplazado a la
conducción automatizada y en los
coches inteligentes, lo que pone en relación a los fabricantes de toda la vida con los nuevos actores citados (Google o Apple).
¿Dependerá de ellos el coche del futuro? Lo que tenemos de momento son alianzas varias, poco más, y alguna declaración en la que se asegura que no van por ahí los tiros. El primer ejecutivo de Google en Alemania,
Philipp Justus, por ejemplo, despejó el martes algunas dudas al asegurar que esa compañía "ni fabrica automóviles y ni tiene previsto hacerlo". Pero Justus daba en paralelo la clave de lo que Google quiere: relaciones para colarse en una industria muy golosa. Ojo, porque el interés es recíproco: las grandes marcas quieren también explorar por esa vía.
Lo que está claro, de momento y en cualquier caso, es que para fabricar un vehículo en su conjunto está en juego lo de siempre (carrocería, diseño, innovación técnica, confort…) y algo nuevo: la revolución digital. Y esa revolución puede dar paso a otra: la dependencia de grandes corporaciones como Apple o Google, carrera en la que se perderá, según expertos, el fabricante que no se adapte.
De momento, la cosa está en conversaciones o alianzas para cooperar en el futuro. Google, por ejemplo, que no ha puesto sus muebles en el salón de Fráncfort, tiene un acuerdo con 35 fabricantes para implantar el sistema operativo
Android en sus modelos de coches. Y en la misma línea, fabricantes como
Daimler o
BMW mantienen una vía de cooperación y cruce de información con Apple.
En paralelo, las grandes marcas están aprovechando el salón de Fráncfort para mostrar las nuevas tendencias de sus modelos autónomos y conectados.
Mercedes y
Audi, por ejemplo, lo ha hecho en uno de los pabellones que sólo se dedica a eso, a la nueva movilidad.
Pero en ese mismo pabellón, el protagonismo no está tanto en el coche en sí como su
software que le acompaña, lo cual depende esencialmente de soluciones informáticas. De momento, los fabricantes prefieren decir que no hay conflictos de intereses entre unos y otros, pero son conscientes también de que la digitalización es clave en el futuro del negocio. Como ha señalado esta semana el director de Desarrollo de Audi,
Ulrich Hackenberg, "la cooperación es necesaria porque los clientes quieren las conexiones en el vehículo, aunque hay campos en los que trabajamos solos".
La cooperación en el futuro está por explorar y todo apunta a grandes alianzas entre las dos orillas de ese océano. Algunos pasos ya se han dado pero más con compras concretas. Audi, BMW y Daimler, por ejemplo, compraron el sistema de navegación
Here de Nokia por 2.500 millones de euros. Eran conscientes de la importancia de la precisión de los mapas en los GPS de los automóviles. Para los clientes
la movilidad no se reduce a los desplazamientos si a la precisión con que es posible hacerlo.
Es sólo un ejemplo, pero que augura cómo será la movilidad de los vehículos en el futuro. Eso, de momento, es ciencia ficción, pero a compañías como Google o Apple les encanta.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com