Sánchez y Torra han escenificado el diálogo, aunque sin ceder en su postura sobre la independencia de Cataluña
Este lunes, ha tenido lugar la cita política más esperada: la reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra. Dos horas y media en las que se ha hablado incluso de Franco… porque en España hay “brotes fascistas”, según el independentista catalán.
Y este tema no es casual, teniendo en cuenta que Sánchez se ha empeñado en exhumar a Franco en el Valle de los Caídos y transformar este lugar en un Centro Nacional de Memoria… y para ello no tendrán reparos en desacralizarlo, cargarse la cruz y echar a los monjes benedictinos que lo custodian. Eso sí, la reunión de dos horas y media de duración ha deparado para mucho más: lo principal es que ha habido diálogo y se quiere mejorar las relaciones, aunque sin ceder en la autodeterminación desde ninguno de los dos bandos.
Ambas partes se han esforzado en escenificar avances aunque ninguna de las dos ha cedido
La vicepresidenta, Carmen Calvo, ha anunciado que se va a volver a reunir la comisión bilateral recogida en el Estatut, que no se convocaba desde 2011 y que va a presidir la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet. También se ha hablado de levantar el veto a leyes sociales (cómo no, relacionadas con la pobreza energética, el cambio climático o la sanidad pública universal) y de la presencia del Gobierno el 17 de agosto en el aniversario de los atentados en Barcelona y Cambrils. Una cita en la que Calvo también defiende que esté Felipe VI, algo que a Torra no le acaba de convencer, pues insiste en que el Rey no se ha disculpado por su famoso discurso del 3 de octubre.
La mejora de las relaciones entre Moncloa y Cataluña, donde ha habido diálogo sin cortapisas, afortunadamente no son un cheque en blanco. El Gobierno insiste en defender el Estatut frente a los deseos de autodeterminación. Mientras, Torra no ha perdido la oportunidad de recordar a Carles Puigdemont ni a los “presos políticos”, aunque no se ha negociado nada al respecto, y ha exigido el fin de la “persecución a personas por sus ideas” y “la ofensiva policial y judicial contra el independentismo”.
En resumen, ambas partes se han esforzado en escenificar avances aunque ninguna de las dos ha cedido (¿podía ser de otro modo?) en cuestiones esenciales, como la autodeterminación. Y ya saben que, en este tipo de encuentros, lo importante no es satisfacer al otro sino a los tuyos, cuando regresas al punto de partida.