Gran escándalo porque el grosero Donald Trump ha quitado la palabra a un periodista de la CNN al que ha calificado de mala persona. Esto es grave, sin duda. El presidente norteamericano tendría que ser. Los medios españoles se han rasgado las vestiduras ante este lamentable atentado.

Pero, miren por donde, aquí tenemos al secretario de Estado de Comunicación de Pedro Sánchez, el periodista de Cuatro, Miguel Ángel Oliver (en la imagen). Don Miguel Ángel ha reducido a mínimos la trasparencia en Presidencia del Gobierno. Verbigracia: en las ruedas de prensa posteriores, al Consejo de Ministros increpó a un representante de OK Diario por solicitar la palabra, que Oliver le negaba, para formular una pregunta. OK Diario ha destapado varios de los escándalos del Gobierno Pedro Sánchez.

El secretario de Estado de Comunicación intenta cargarse el canutazo, lo más goloso de las ruedas de prensa, desde la Transición

No en público, le afeó su conducta y le llamó al orden, igualito que Trump con la CNN.

Hay algo más grave, Oliver se ha cargado los canutazos, es decir, las confidencias de los ministros con los profesionales y ha separado a los medios entre amigos y enemigos. A los enemigos, ni agua. No solo en Washington cuecen habas, en Madrid a calderadas.

Lo que es más grave: Moncloa intenta acabar con la prensa independiente de Internet. La censura del Gobierno PSOE se dispara

Y, lo peor: no se trata de un periodista opaco elevado ahora a secretario de Estado. Es más grave. Moncloa está ahora pendiente de una campaña para terminar con la prensa digital independiente, que es… más independiente que los grandes multimedia, siempre pendientes de las concreciones del poder. Oliver cuida con mimo al lobby de los instalados mientras castiga a los digitales. Es una medida liberticida que pretende asfixiar a los pequeños.

Porque se puede controlar a ser seis multimedias, pero no a sesenta medios más pequeños y, por tanto, más libres.