Nuevo récord del precio de la luz y ya el titular cansa. En cualquier caso, superar los 400 euros por MG/h, parece difícil de justificar hasta para el Gobierno Sánchez, maestro de propaganda.

Ejemplo de demagogia sanchista: claro que el español va a pagar por la luz el mismo precio de 2018. Sólo hay que meter en el cálculo a los 17 millones de españoles del mercado libre y mezclarlos con los 11 millones de tarifa regulada. A los 17 les ha bajado menos de lo que a los 11 les ha subido, pero claro, son más. Y ya saben: la contabilidad es una ciencia exacta porque dice exactamente lo que uno quiere que diga.

Ahora mismo, Galán (Iberdrola) y Bogas (Endesa) se entienden peor con Ribera que el contaminador gasero Reynes (Naturgy)

Bueno y luego está la bajada de impuestos que, ojo, es lo mejor que ha hecho Ribera pero es una medida temporal.

Los 11 millones de tarifa regulada son los presuntos vulnerables -¡una porra!-, el presunto objeto de desvelo de la progresía sanchista, pero lo cierto es que los realmente vulnerables apenas superan el millón.

Pero es que, además, como la 'ayuda' del  gobierno a dichos vulnerables consiste en ligar la tarifa regulada al 'pool' eléctrico... pues, claro, cuando se dispara el precio en el mercado mayorista (del que, en efecto, y afortunadamente, Sánchez no es responsable) se les dispara la factura.

La viceprimera se cabrea con la vicetercera porque Bruselas tumba todas las iniciativas de Madrid. Y Calviño, tras su fracaso en Madrid, pretende volver a Bruselas

La solución, naturalmente, está en dejarse de demagogia progre y llevar al mercado libre -los que ahora pagan menos- a todos los de la tarifa regulada excepto a aquellos -insisto, como mucho poco más de un millón de personas- que, en efecto, se ven en problemas para pagar la luz con una tarifa especial. Pero claro, entonces Sánchez no podría presumir de filántropo.

Y lo mejor de todo, sería ofrecer una energía asegurada y barata... a todos, todas y todes. Por eso, la mayor barbaridad, entre las muchas que ha cometido la demagoga Teresa Ribera, ha sido la de forzar el cierre anticipado de los reactores nucleares, así como suprimir el carbón, el combustible más barato de todos, creando un disparado y disparatado mercado especulativo de derechos de emisión.

Más mentiras: claro que el español va a pagar la luz al mismo precio de 2018. Sólo hay que meter en el cálculo a los 17 millones de españoles del mercado libre. Eso y la bajada de impuestos...

Conclusión: el precio de luz continúa subiendo y el personal anda muy sensible con el asunto. Eso sí, Pablo Casado continúa perdido en su guerra civil y no aprovecha el mejor elemento del que dispone ahora mismo para desbancar a Sánchez: su fracaso en materia energética.

Sigamos: como la luz está cara y hay que buscar un culpable, Teresa Ribera anda en caída libre y a tortas con la vicepresidenta primera Nadia Calviño.

Lógico, Bruselas tumba todas las iniciativas de Madrid, que atentan contra el libre comercio (el único principio que le queda a la decadente Unión Europea) y si algo cuida doña Nadia es Europa. Sabe que su desastrosa gestión económica le obligará a volver a Bruselas.

Cerrar las nucleares anticipadamente ha sido el mayor error de la eco-talibana Teresa Ribera. Pero es un muy fanática. No está dispuesta a ceder

Al tiempo, Sánchez anda mosqueado con la llamada 'ministra sandía', verde por fuera y roja por dentro. No es que le importe mucho el fraude verde de la sostenibilidad y el cambio climático: es más, constituye un ariete de su mensaje demagógico con el que se mantiene en Moncloa.

Ahora bien, Ribera, fue nombrada para parar a Podemos y ahora resulta que es más verde y más estatista que Podemos. Y lo verde siempre resulta caro e ineficaz: ahora se viven la consecuencias.

Y doña Teresa Ribera también está en caída porque se ha granjeado como enemigas a las tres grandes eléctricas hartas de su campaña continúa de hacerlas aparecer ante la opinión pública como las sanguijuelas culpables del elevado precio de la luz. En el universo de lugares comunes por los que se mueve doña Teresa, la peor de las tres para Ribera era Naturgy, la empresa 50/50: gasera y eléctrica a partes iguales. Pues bien, ahora mismo, diciembre de 2021, Endesa e Iberdrola se entienden aún peor con Ribera que la 50/50 Naturgy. Ni Ignacio Galán ni Pepe Bogas toleran ya más demagogia de la vicepresidenta. Y los dos, junto a Paco Reynes, presidente de Naturgy saben que Ribera es ya un 'pato cojo', un político fracasado a la espera de destino.