Sí, no es coña, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en una sentencia digna de ser utilizada para envolver el pescado, decidió que la intervención de un banco solvente, que valía 11.000 millones de euros en patrimonio y 1.300 millones de euros en bolsa, y su regalo al Santander por 1 euro, es un acto legalísimo y maravilloso por parte de sus primos de la Junta Europea de Resolución

En paralelo, como alguien tiene que ir a la cárcel,  el Juez José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, se da la vuelta y empieza a buscar con lupa alguna irregularidad que permita empitonar al equipo directivo del Popular.

Y ahora, el acabose. El juez Santiago Pedraz, de la Audiencia nacional, últimamente muy presente en las revistas del corazón, llama a declarar a Ángel Ron, expresidente del Popular, pero no por las ampliaciones de 2016 sino por las de 2012, al rebufo de una denuncia de Miguel Durán, -sí, todavía sigue dando guerra- dado que estaba a punto de prescribir la susodicha ampliación. 

En cualquier momento, los gestores del Popular puede ser imputado por lo de Pepe el del Popular, de quien, por cierto, nunca se ha vuelto a saber. 

La sentencia del Tribunal Europeo no se la traga ni un estudiante de primer semestre de primero de derecho. De acuerdo. Ahora bien, no hay que pasarse, ¿verdad que no? 

El Popular fue un buen banco pero no un buen caso. El Caso Popular ha abierto la impunidad legal en la Unión bancaria, al tiempo que ha disparado la España cainita. En Europa nos dejamos pisar, aquí pisamos al compatriota.

¿Y el Santander? El Santander fue el beneficiario, no el culpable, de la vergonzosa intercesión del Popular. Ahora bien, el Santander aún tiene un temor, a pesar de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE: que se le pueda acusar en un futuro próximo de enriquecimiento injusto. Para evitarlo, le ocurre lo msimo que a la Junta de Resolución (JUR), hay que bucar un culpable: elPopular debia ser intervenido porque estaba mal (JUR) o alguien había hecho algo mal (Santander). Y, al parecer, un lustro después, seguimos en ello.